Camino por la silenciosa calle, en la oscura noche sin saber exactamente hacia dónde.
Después de un rato, llego a una zona de pubs en la que hay bastantes hombres más bebidos de lo normal. Uno de ellos se acerca tambaleante a mí cuando paso por su lado:
- Una chica como tú no debería estar andando sola por aquí -puedo oler su fuerte aliento a ron al hablarme. Me detengo un segundo a mirarle- Ven conmigo, preciosa. Yo te cuido -dice acompañando sus palabras de un guiño. Yo me comienzo a poner nerviosa.
- No... no puedo. Me están esperando. No estoy sola -digo intentando aparentar firmeza. Él comienza a reírse.
- No me mientas, nena -dice agarrando mi mano.
Yo intento apartarle de mi, lo que provoca que me apriete más fuerte, haciéndome daño.
-Suélteme, por favor -digo tirando lo más fuerte que puedo para librarme de su agarre.
- Vamos... si lo vamos a pasar bien -dice él.
Veo de reojo unas sombras que se comienzan a acercar a nosotros.
- Te ha dicho que la sueltes, capullo -dice una voz notablemente enojada que no consigo reconocer.
- ¿Y vosotros quienes sois? -dice el hombre borracho, confuso, que sigue sin soltarme.
Otra persona suelta una carcajada.
- Somos quienes te dejaremos sin dientes como no la sueltes en menos de cinco segundos -responde otra persona con un tono de voz de ira contenida.
Esta vez si reconozco al dueño de la voz, Louis. Para acompañar sus palabras, Louis da un paso adelante y agarra al hombre del cuello de la camisa. Este me suelta instantaneamente, como movido por un resorte y en cuanto quedo libre de su agarre, Louis le da un fuerte empujón provocando que el hombre caiga al suelo después de sus vanos intentos por estabilizarse.
Me giro a mirar a "mis salvadores". El otro chico que no consigo reconocer es un moreno, de ojos azulados. Por mis recuerdos recuperados se que su nombre es Sam.
- ¿Estás bien? -me pregunta Sam acercándose a mí. Yo asiento con la cabeza.
- La pregunta es: ¿qué narices haces aquí sola a estas horas? -pregunta Louis enarcando una ceja.
- No tengo por qué darte explicaciones -respondo molesta.
- ¿Te recuerdo que te acabamos de librar de ese capullo? -dice mirando de forma despectiva al hombre, que está intentando levantarse del suelo.
- No os pedí que lo hiciérais -respondo orgullosa. Al darme cuenta de lo que he dicho, suspiro- Lo siento... Últimamente me pongo a la defensiva con quién no tiene la culpa. Gracias por ayudarme. Yo... -me encojo de hombros- la verdad es que no sé muy bien qué hago aquí. Supongo que pasear... Será... será mejor que me vaya a casa -digo confusa. Comienzo a caminar, alejándome de ellos.
- ¿No será que has venido a ver a Harry? -al oír su nombre, me detengo.
- ¿Él... está aquí? -digo volviéndome a mirarles. Sam me devuelve una sonrisa condescendiente mientras Louis asiente.
- Hemos venido varios amigos. Y él... está descontrolado, la verdad -responde Louis.
- ¿Descontrolado... en qué sentido? -interrogo frunciendo el ceño. Louis levanta las manos.
- Compruébalo tú misma... -dice Louis mientras él y Sam se giran y comienzan a andar.
Yo les sigo, apresurando mis pasos para poder igualar sus zancadas. Tras unos minutos esquivando a gente para poder caminar, llegamos a un sitio un poco más tranquilo. Alcanzo a ver varias siluetas de personas y oigo sus voces y risas. Al acercarnos, reconozco su figura. Está con una chica. Ella le está abrazando mientras se besan, de forma bastante... prefiero no mencionar lo que estoy pensando.
