Recuerdos De Terciopelo

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Hermione cayo de golpe en el suelo, estaba confundida, dolida y lo único que logró hacer fue mirar a su alrededor, con dificultad puedo levantar su cabeza, estaba mareada y un dolor en el estómago apenas si la dejaba enderezar su cuerpo para tener mejor visibilidad, poco a poco comenzó a darse cuenta de donde estaba, entre su mareo pudo distinguir las viejas maderas que construían las paredes y la vieja puerta que chirriaba al abrir y cerrar, miró el suelo y logró ver una pequeña marca, -"Había pasado"- pensó con dolor, sin poder evitarlo una lágrima rodó por su mejilla, cayendo al suelo.

-¡Herms!, se que no querías venir, porque no te dije nada y por ser tan misterioso, y sacarte de la reunión familiar...pero de verdad es algo importante, y necesito que estés aquí...por favor no te molestes conmi...-Harry pronto apareció por la puerta de la habitación, guardando silencio apenas vio a la castaña en el suelo con la mirada fija en la vieja madera del piso.

Hubo un silencio eterno por un minuto, en donde solo la mirada de Harry a la castaña mostraba una evidente incertidumbre. Un poco dudoso el hombre de ojos verdes se aproximó a Hermione que seguía en el suelo en la misma posición, se agachó para estar a su altura y con delicadeza la rodeo con su brazo.

-¿Herms?...-Se atrevió a decir Harry.

Hermione levantó la vista hacia su viejo amigo, mirándolo a los ojos, solo aguantó unos segundos y rompió a llorar en su hombro, el chico preocupado la abrazó con cariño.

-Bienvenida Hermione...bienvenida...- Le dijo Harry con voz dulce, mientras le acariciaba su ahora lacio cabello.

Estuvieron así un largo rato, donde los chirridos de la vieja casa solo se veían interrumpidos por los leves sollozos de la castaña.

Cuando Harry sintió que Hermione estaba un poco más tranquila la ayudó a levantarse y lentamente salieron de la habitación, al llegar a la vieja escalera, la castaña miró por su costado el cuarto, despidiéndose del pasado que la marcó, bajó la cabeza y en completo silencio salieron de la casa por el pasadizo del Sauce Boxeador.

Harry, un poco indeciso la invitó a la madriguera, indicándole que antes de venir ellos estaban reunidos como todos los años en memoria de todos los que lucharon.

Hermione aceptó sin prestarle mucha atención a lo que su amigo le contaba, solamente miraba el castillo a la distancia, recordando todos los momentos que para ella fueron hace unas horas, días, meses, pero que para todos fue hace dieciséis años.

-Hermione...¿Herms?- Le dijo el chico sacándola de sus pensamientos -Aún hay tiempo, debo mostrarte algo...- Le dijo un poco preocupado.

Ambos caminaron por el límite del bosque prohibido por un largo rato.
Hermione simplemente seguía a su amigo en completo silencio, las palabras no eran precisas, y sus pensamientos sólo estaban enfocados en aquel hombre de mirada oscura y alma de oro. Por un segundo sintió un pequeño estruendo, y por inercia miró en dirección al castillo, unas luces eras disparadas de distintos lados, que al llegar al ya casi, nocturno cielo, se unían a las pocas estrellas que se dejaban ver.

- Es en memoria de los caídos... todos los años lo hacen, este año no participé, bueno, tú sabes, tenía que cumplir con una heroína...- Dijo Harry, mientras observaba el cielo.

La castaña, guardó silencio, simplemente observó aquellas luces que reflejaban las almas luchadoras de aquella horrible guerra; ni siquiera se percató de la acción de Harry junto a ella, más que el disparo de una luz roja que iba directamente a reunirse a las demás en aquel cielo.

- Por Katherine Prince...- Le susurró.

Hermione lo miró pensativa por unos segundos, pero luego imita a su amigo, alzando su varita y dejando escapar una pequeña luz plateada que al igual que la roja, se unió a las demás.

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