Regreso Del Elegido

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Luego de regresar de Hogsmeade, Hermione se dirigió sin desvíos al despacho de McGonagall, su mente estaba en blanco, como si la mezcla de rabia, dolor y amor la hubiesen cegado como nunca antes en su vida. Caminaba a paso rápido y firme, sin mirar nada más que la fría piedra del suelo, haciendo el recorrido ya técnicamente de memoria. No tardó mucho hasta llegar a la puerta, tocó sin mucha prudencia y con la mirada clavada en un punto, a esa altura ya había olvidado lo que minutos antes habló con el señor Dumbledore y lo leído sobre los Horrocrux y Gryffindor, lo único que ocupaba su mente en esos minutos era la discusión, las palabras y las miradas retumbaban en su mente, le eran molestas, le interrumpian su trabajo, pero por alguna razón no las podía evitar.

- Señorita Prince...¿Señorita Prince?- La voz de la mujer mayor la desconcentro por un momento -Pase, me alegra que viniera-

-Lamento la tardanza, pero dígame ¿Qué ocurrió para que llegara así a mi cuarto?- Le habló la castaña una vez que la antigua profesora cerró la puerta.

- Lamento haber entrado así, fue una total imprudencia de mi parte, pero me habían llegado noticias urgentes, y tenía que decirle antes de que... los hermanitos Carrow llegaran. Según informes de la Orden, los gigantes se unieron oficialmente a...El Que No Debe Ser Nombrado, segundo, se corre el rumor de que Hogwarts será atacada, y que...bueno...el ahora director, estamos indefensos, La Orden no puede ingresar, estamos rodeados de Mortífagos, Potter está desaparecido... sé que tal vez usted ya sabía estás cosas, pero Snape, él, tiene el pensadero, los recuerdos de Dumbledore, y si se le llegase a ocurrir darle alguno a... sabrá los planes que Albus pudo haber pensado, no sé que hacer, los niños viven traumados, los estudiantes viven castigados, y todo está fuera de nuestras manos, ya se llevaron a docentes, es cuestión de tiempo para que nosotros tambien desaparezcamos, y sólo usted puede ayudarnos, es la única que ha podido hacer ese doble papel, ha sido excepcional- La señora se escuchaba agitada, como si en realidad necesitaba desahogarse en vez de contar novedades.

La castaña sin decirle que ella ya tenía esa información, entendió a la profesora, había perdido a alguien muy cercano para ella, y el dolor y el tener que seguir en el colegio a pesar de todo, claramente le resultaba duro. Tratando de dejar de lado sus problemas, se aproximó a su antigua jefa de Casa, y con cariño la abrazó.

Los días pasaban, y la fecha decisiva se aproximaba; y Hermione se encontraba, en una horrible encrucijada, en primer lugar la única información que tenía del misterioso horrocrux era que debería pertenecer a Gryffindor, y...
paraba de contar, necesitaba más información, pero nadie podía ayudarla, ni siquiera Dumbledore; y por otro lado estaba Snape, no lo veía desde aquella noche en que discutieron en su habitación, y eso había sido hace casi dos semanas, "-distancia-" pensaba, pero esa no era la distancia que prefería, puesto que no tenía información de él, y el saber que el hombre salía constantemente del castillo porque Voldemort lo llamaba para quién sabe que cosas, realmente a la castaña le preocupaba. Todo eso pasaba por su cabeza mientras se paseaba de un lado a otro en la Torre De Astronomía.

-¿Se encuentra bien?-Dijo una voz que sorprendió a la castaña.
-¡Profesora Trelawney! ¿qué...? digo, sí, lo estoy...-Dijo Hermione preocupada de que nadie las viera.
-Entonces ¿por qué tanto paseo en un lugar tan pequeño?-
-Estoy preocupada...-confesó Hermione.
-¿Se puede saber?-
-De no cumplir...siento...que son muchas cosas, y, aunque suene irónico para usted, la verdad es que el tiempo se me acaba...-
-Mi niña...el hecho de que estés aquí ya es grande, el que se esfuerce por cambiar las cosas, es inmensamente noble, sé que eres capaz, descuida, lo lograrás...-Le dijo la profesora de grandes lentes mientras le tomaba las manos.

La castaña simplemente le sonrió en agradecimiento.

-Sabe...sé que usted no es muy creyente de la adivinación, pero... hasta el momento, mis predicciones no han fallado, así que no se preocupe más allá de lo que no se ve, o lo que usted sabe que no ocurrirá, y tanto usted como él estarán bien para el retorno a casa...-Concluyó la mujer, retirándose del lugar.

Recuerdos de TerciopeloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora