Diario de una scout

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Día 1 

Cuando salgo del autobús, sé que estoy por fin libre, por fin al aire libre. Pero una jaula invisible se cierra sobre mí. Condenada se acerca bastante a lo que siento. Una quincena con esta tropa. Somos 17 personas, divididas por patrullas.

Aj, que asco. No me cae bien prácticamente nadie nadie de la gente de la tropa. Por lo menos paso a escultas a finales de este campamento. Voy cargando un tronco algo grueso. Un chico idiota de mi patrulla se acerca y me ofrece ayuda. Le miro con desprecio y subo el tronco a mi hombro. Me voy andando a buen paso, enfadada. Sé que suena como si fuera una desagradable, pero es que los de mi patrulla son los peores con diferencia. Miro a la derecha. No puedo evitar sonrojarme. Arnau, un esculta, carga unos troncos con el pecho al aire y me mira a media sonrisa. No es como si nunca hubieramos hablado, de hecho, salimos en el mismo grupo. Pero, debe de haberme visto enfadada. Escondo mi mirada con ayuda del flequillo. Al no mirar al frente, choco con algo. Miro hacia arriba. Algo? Mas bien alguien. Unos ojos castaños me miran duramente, casi con asco. Se rasca su barba adolescente. 

-Perdón Shinobu...-mustio. Sí, ya me miró una vez así. Cuando le pedí que me echara poca sopa. Me echó el doble que a la gente normal. No sé por qué, pero creo que le caigo fatal. Supongo que a sus ojos soy una niña pequeña, aunque solo me saque tres años. Camino hacia la zona de tropa. Dejo el tronco a un lado, donde se apilan casi todos. Miro al cielo. Este es el primer día, me quedan catorce. Los soportaré? Lo único bueno de todo esto es que podré hablar con los escultas. Sonrío. Incluso puede que me cuele en alguna de las tiendas. Seguro que piensan que solo quiero ir porque la mayoría son tíos, pero por encima de eso, son mis amigos. Pasables por mis hermanos. Pueden tildarme de marimacho, pero realmente me gusta estar con ellos. Siento una presencia. Por la forma en la que se acomoda a mi lado y por su altura puedo decir perfectamente que se trata de Etsu. Le miro con una sonrisa y un ojo cerrado. Él me devuelve la sonrisa con los ojos entrecerrados. 

-En que piensas, troperilla?-dice burlándose un poco de mí. Le miro por encima del hombro. 

-Catorce-le respondo. Él lo comprende y guarda silencio. Me gusta la forma que tenemos de no hablar. Es como el hermano mayor que nunca tuve. Además, me enseñó a ser expresiva, a usar mis ojos. De lobata se metían conmigo y, aunque solo tenga un recuerdo de que me protegiera, es más que suficiente. Nunca fue cruel conmigo. 

-Podremos hablar en el tiempo libre y por la noche. Y en las comidas. No te separarás realmente de nosotros-suspiro. Le miro como diciendo " lo sé". Él me devuelve una mirada " recuerda que vendremos, no te vamos a dejar de lado." dicen sus ojos. Alzo una ceja. "Seguro?" Él asiente "te lo prometo". Apartamos la vista. Por supuesto que podemos hablar sin palabras. Llaman a la tropa. Alzo la cabeza inmediatamente como un perro de caza bien entrenado. Le dirijo una última mirada de pena. 

-No me mires así, luego vengo con Senex. Troperilla.-ruedo los ojos. Me levanto y me voy sonriente. Formo con mi patrulla. Miro hacia atrás para ver si están todos. Sí, los cuatro idiotas se encuentran. Para controlarnos hay tres scouters y tres R.S, que son algo así como "scouters en prácticas". Solo están dos scouters, falta el más antiguo, Tetsu. Está Taiki, el mujeriego y Kamau, el empanado. Kamau empieza a hablar. 

-Bueno chicos...-hace las putas pausas que me desquician.-pues estamos aquí...-le lanzo una mirada asesina. A veces no le soporto. Taiki permanece callado. Parece que ya ha terminado de cargar y vuelve a hablar- veo que ta habéis montado las tiendas.-me muerdo mi afilada lengua para no soltarle algún comentario sarcástico e hiriente. Ayami, una chica medio hiperactiva, sale al ataque. 

-Tenéis que contarnos algo nuevo o podemos ir en paz?- Kamau mira a Taiki, y este le asiente con la cabeza."Pues para ser el jefe, vaya calzonazos. . ."pienso. Escondo mi boceto de sonrisa tras el banderín de mi patrulla. 

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