Abrí los ojos y vi ante mi una embarcación. ¿Qué hacía yo allí? No era bucanera, ni tripulante, ni capitana. Estaba rodeada de cosas muy variadas: desde una botella de vino hasta vendajes, pasando por libros, capuchas y palos. Sentía cómo nos movíamos. Decidí entonces salir de la bodega. Y en cuanto lo hice, vi a tres hombres: uno gigantesco, fuerte y membranudo, además de moreno; parecía un toro. Otro era algo delgado, enjunto, pero se movía a una velocidad impresionante. El último. ..creo que estaba borracho.Discutíaac a veces con uno y luego le daba un abrazo amistoso. El rápido advirtió mi presencia. Me miró, se quedó quieto y me señaló.
-¡Mirad, un polizón!-dijo señalándome. Hablaba con un acento ruso y bastante deprisa. El minotauro le miró y luego dirigió su vista cargada de ira hacia mí. Cuando se acercó, corrí hacia la puerta de donde había venido y me escondí en la bodega. No tenía ni idea de qué hacia allí. Yo solo era una estudiante de instituto. Sin embargo, la puerta no supuso ningún tipo de obstáculo para el hombre toro. La rompió de un puñetazo y me cogió por el cuello de la camiseta como si de un cachorro se tratase. Me levantó como si fuera una pluma y me llevó a la cubierta. Acto seguido me estampó contra el mástil. Creí que mi vida había llegado a su fin cuando sonó una voz de repente.
-¡Tú! ¡Déjala en paz!-gritó un desconocido para mí. Era profunda, muy grave, pero suave. El minotauro me dejó escapar. Yo me dí la vuelta para mirar a mi salvador. Era un hombre con el pelo largo, por el hombro. Llevaba una gabardina y unos guantes negros de cuero. Me miró.
-Gracias...-le dije por lo bajo. Él rió profundamente.
-¿Estás bien? Tenemos una enfermería. ..
-No.-le corté yo.-Solo quiero saber dónde estoy y por qué. Y quiénes sois y cuándo me he metido aquí y por cuánto tiempo...
-Hablas mucho, pequeña.-me cortó el que parecía el capitán. Reía huecamente. Esbocé una sonrisa, pero se me borró en cuanto miré hacia atrás y vi al hombre membranudo serio. Cómo podía obedecer un hombre tan gigante a otro que parecía inofensivo?
-¿Quiénes sois?-pregunté algo asustada. Él se recostó sobre el timón.
-Te raptamos pequeña. -dijo el hombre del pelo largo.Yo estaba muerta de miedo. Pues, ¿qué valor podría tener yo?