Choque de violines

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Termino mis clases de violín, como tantos otros miércoles. Son ya las 9 de la noche y tengo que marchar mi casa. Cuando salgo de la clase, un chico de ojos verdes y pelo negro y rizado entra. Es su primera lección aparentemente. Lleva el violín mal sujeto y se le ve nervioso. Tiene más o menos mi edad." Lo que nos diferencia es que yo llevo diez años tocando el violín" pienso para mí misma. Le sonrío cínicamente y me voy. Cuando cierra la puerta me llaman. Atiendo al teléfono y tras unos minutos no resisto a la curiosidad. Pego mi oído y escucho una perfecta interpretación de Titanic. Me siento insultada. Cojo mi violín y me voy a casa dando grandes zancadas.

Cuando llego a mi cuarto cierro la puerta fuertemente. Colocó unas partituras y empiezo a ensayar. Al cuarto de hora me descubro tocando la melodía de Titanic. Mis notas son perfectas. Harta, me tumbo en la cama y me quedo dormida. Mañana es el concurso de "Choque de violines".

A las 5 estoy colocándome para tocar. Mi primer enfrentamiento es contra Jane, una chica que entró el año pasado,pan comido.

Me concentro en tocar sin ningún fallo mi obra.

Dos horas después me llaman, he quedado finalista. Me toca tocar contra el chico nuevo.

Yo empiezo y él me sigue. Al rato estamos tocando maravillosamente nuestros violines. Nos picamos, y cuando cambia la melodía a  alegro la hacemos casi presto. El sonido de los  violines choca. Él me mira de reojo, yo deseo sacarte la lengua. Y, al finalizar, hacemos una profunda reverencia. Se acerca mí.

- Eres muy buena .-dice tendiéndome la mano. Yo le miró de arriba abajo antes de estrechársela.  Nos despedimos con una sonrisa por parte de ambos. Están anunciando el premio.

- Enhorabuena a todos pero sólo hay un premio aunque todos habéis tocado excelentemente.-se palpa la tensión en el ambiente.- Por favor que se levante Gideon.- el chico de ojos verdes se levanta y me mira de soslayo, una sonrisa  le cruza la cara al ver mis cejas alzadas. Poco me ha faltado para abrir la boca. Coge el premio mientras le pasan un micrófono.

- Bueno, esta es mi primera competición y estoy seguro de que sólo ha sido suerte.- dice mirando al público.- No obstante, no puede haber ganado sin un perdedor.- añade mirándome directamente a los ojos. Lo que me faltaba. Me levanto del asiento y me voy ante el asombro de todos. Antes de cruzar la puerta me paro, giro sobre mis talones y le dedico una profunda reverencia. Él alza una ceja. Me voy con un paso bien marcado.

"¿Por qué él tiene ese don?" me repito sin cesar. He estado ensayando hasta las dos de la mañana y no pienso descansar. Sigo y sigo tocando pensando en la próxima audición.

Son las seis de la tarde. He estado durante dos semanas enteras ensayando como una loca las canciones de "La bella y la bestia" y "Moonligth". Además de otra que nos toca tocar a Gideon y a mí: el concierto en La menor de Accolay.

Es la hora.

Mis dos primeras interpretaciones son perfectas, al igual que las suyas. Cuando toquemos juntos se decidirá el ganador.

Subimos al escenario, cada uno por un extremo, y nos colocamos juntos. Posición de cabeza correcta. Posición de hombros correcta.Posición de manos correcta. Empezamos.

Los primeros acordes son perfectos, como es de esperar.

Le miro de reojo, él me mira. Yo aparto la vista. Sus dedos marcan bien las cuerdas. Sigue el ritmo con la cabeza haciendo que sus rizos salten. Estamos casi llegando al final cuando me doy cuenta de que no puedo superarle. Dejó caer el arco del violín haciendo que las cuerdas chirríen muchísimo. Miro al suelo. Él tiene algo, es alguien imposible de superar. Salgo de la pequeña sala avergonzada. Nadie ha dicho nada, todo estaba en silencio. Cruzo la carretera.

Espera.

¿En silencio?

¿ Gideon paró de tocar por mí?

Miro por encima de mi hombro y le veo corriendo hacia aquí, con sus rizos revueltos, agarrando su violín fuertemente. Una sonrisa se esboza en su rostro. Y me la contagia. Pero en seguida paro de sonreír.

Todo ocurre muy rápido.

Su violín aterriza a mis.pies, y el arco también. La sangre salpica el asfalto. Le miro con cuidado. Su piel está pálida y sus ojos se han apagado. Ya no soy verde hierba. Recojo su violín y voy hacia el salón de actos. Empieza a tocar justo por donde él lo ha dejó. Al acabar, la gente aplaude. "Te están aplaudiendo a ti"pienso."No a mi, le aplauden a tu violín."

20 años después.

Acabo de terminar un concierto. Guardo su violín con mimo. Ha pasado mucho tiempo, pero esa carretera sigue

siendo el escenario de mis pesadillas. Recuerdo con escalofriante nitidez su sangre derramándose. Cierro los ojos.

-Señorita.-oigo detrás de mí.-Ha demostrado usted un gran talento. Permítame ofrecerle este "Stradivarius"-dice el presidente.

-No, gracias.-digo con el semblante serio.

-Pero su violín está ya viejo, y cansado de uso, debería...

-He dicho que no.-le corto.-Tocaré únicamente con un violín.-hace un gesto de desaprobación y se.marcha. Yo me coloco la funda y su tesoro a la espalda. Una sombra aparece. Es un hombre.

-Estás loca rechazando ese violín.-su voz es grave pero dulce.

-Tengo mis motivos. Y además, a usted no le incumbe...-alzo la mirada. Me encuentro mirando directamente a unos ojos verdes intensos. No puede ser, no puede ser.

-¿Era de un ser querido?- me llevo las manos a la boca. Como si no lo supiera. Dos cristales caen de mis ojos.

-Gideon...-susurro. Él abre los brazos, y yo me lanzo a ellos sin contener más las lágrimas.

Mi mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora