No fue un error

50 0 0
                                    

Me despierto odiando el despertador como tantas otras mañanas. Pero esta tiene un punto diferente. Cuando mis pies tocan el frío suelo, abro del todo mis ojos. Rápidamente, me pongo mis pantuflas de estar por casa. Me recojo mi melena, que me llega hasta la cintura, en un moño al estilo me la cargué. Pongo música y mientras elijo mi ropa medio bailo por mi habitación. Son las 9 y media de la mañana. Al final, me quedo con una camiseta holgada, descubierta en medio hombro y unos pantalones cortos vaqueros marcados... no lo puedo evitar, me hacen un culo la mar de bonito... dejo la ropa en la cama y unas sandalias con cuña debajo de ésta. Bajo a desayunar aún en pijama. Mi hermano y mi madre están desayunando también.

-¿Tan pronto te vas al parque?¿No era a las once?-pregunta mi madre. Yo me termino de echar cola-cao en mi leche y me siento en la mesa.

-Es que quiero prepararme con tiempo...-le contesto con una sonrisa.

-Por que será...-dice mi hermano. No sé por qué, pero en esta familia todos tenemos una lengua afilada. No nos callamos ni una.

-Pues para estar con su novio, que por fin a ligado...ya era hora, hija.-le responde mi madre.

-¡Mamá!-mi hermano y mi madre empiezan a reírse mientras yo hago una mueca.

-Entonces, ¿vamos a tener que ir de compras otra vez por tí o te sirve tu armario?-dice mi hermano.Mocoso de 9 años impertinente...

-Calla. Eso sólo fue una vez.-digo entre risas. Acabo de desayunar y me voy a mi cuarto otra vez. Me cojo una bandolera y meto dentro mi móvil, mi brillo de labios y mis cascos. Me voy al cuarto de baño y me pego una buena ducha. De esas duchas con agua caliente que se te quema incluso un poco la piel. Salgo y entreabro un poco la puerta para que el vaho desaparezca. Limpio con una toalla el gran espejo. Este me devuelve una imagen de mi misma que sin duda debo arreglar. Me coloco mi ropa interior y empiezo a trabajar mi cuerpo. Me cepillo el pelo y los dientes. Me lavo la cara. Le doy un retoque a mis piernas. Me pinto las uñas de un azul eléctrico. Cuando el vaho y la humedad se han dispersado tanto que ya prácticamente no hay rastro de ellos. Cojo un poco de agua y me rizo mi pelo. No mucho, pero lo suficiente para que me quede ligeramente ondulado. Abro el cajón de mis pinturas. Me pinto los ojos de marrón, a juego con el color de mi iris. Me pinto los labios de rojo un poco apagado. Me salgo del baño. Son las 10 y media. Saco de mi bolso mi brillo de labios y me los repaso. Me visto y me ato las sandalias. Ya estoy lista. Bajo con mi bandolera aún en la mano. Mi hermano me mira de reojo.

-Ya te vas?- pregunta mi madre.

-Sí, no quiero dar una mala impresión. -digo intentando disimular mi sonrisa. Fracaso. Salgo por el umbral cinco minutos más tarde. Me coloco mis cascos y enciendo mi ipod. Busco una lista de reproducción que me agrade y la pongo. Camino a paso apresudaro. Pronto, llego a la plaza. Son las diez menos cuarto. Sucumbo a la música mientras espero a James. Cuando son menos cinco, un chico con vaqueros y una camiseta azul claro me sacan de mis pensamientos.

-Buenos días fierecilla.- dice él con su siempre tono juvenil, yo me quito uno de mis cascos y le saco la lengua. Me giro con la elegancia digna de una dama. James no puede camuflar su sorpresa. Nunca me maquillo para ir a clases, y no me suelo maquillar para salir. Me mira de arriba a abajo. Vaya, ya me está incomodando un poco esto de que me coma con la mirada. Le guiño un ojo para quitar hierro al asunto.

-Te ha comido la lengua el gato?-le digo con un tono burlón. Él me mira a los ojos. Esos ojos color avellana...me encantan. Me sonríe, xon una de esas sonrisas transparentes.

-Estás muy guapa, es por mí? -eso me ha pillado. "Sí, es por ti" grita mi mente.

-No, es que soy así, cariño-digo moviéndome a su lado.

-Ya me llamas cariño? Avanzamos muy rápido en nuestra relación. -yo simplemente sonrío y le tiro para ir hacia delante. Él no dice nada y me sigue. Por qué es así? No es que no me guste, es solo que es muy ligón. ..aunque no me importa, porque esto no es amor. No pasa nada Ileana, no es amor. Vamos a un parque que suele estar siempre desierto. Me gusta, porque es como ai fuera exclusivo. Como si estuviera reservado para nosotros desde hace tiempo. Nos sentamos en la hierba.

-Ahora que lo pienso, no sé nada de tí. -me dice sonriendo. A mí se me escapa un boceto de sonrisa y le miro.

-Y qué quieres saber?-digo apoyandome en un árbol.

-Todo lo que tú me quieras contar-dice él tumbándose y mirándome.

-Pues...no sé. Me gusta el color violeta, el número seis, intento ser optimista, soy bastante orgullosa y cabezota y también soy inteligente y soñadora.

-Soñadora eh...con qué has soñado esta noche?-le miro extrañada. -Conmigo? -quiere jugar eh...pues juguemos.

-Es posible...-digo deslizándome hasta quedar en su posición.

-Ileana. ..-dice él ya más bajo.

-Si?-yo también disminuyo mi volumen.

-Sabes lo que es un flechazo? -le sonrío. Me acerco a él. Se tumba mirando al cielo y aprovecho para recostarme sobre James.

-Hago tiro con arco. -le contesto haciéndome la tonta. James se gira de tal manera que quedemos bastante pegados.

-Yo también. ..-dice empezando a acariciarme el brazo. Se me eriza el pelo, me encanta. Cierro los ojos. Y...ronroneo? En serio?-Te estás quedando dormida...-dice él. Yo sigo con los ojos cerrados.

-No...-digo mirándole.

-Sí...-se acerca.

-No...-alzo la cabeza un poco.

-Sí...-me mira con esos ojazos.

-No...-nos fundimos en un increíble beso.

Mi mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora