Capitulo 2

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Me despierto en el asiento de un coche, tengo la cabeza apoyada en el asiento y cuando abro los ojos y me coloco bien no me acuerdo de lo que ha pasado. Miro a mi izquierda y veo un chico rubio que está mirando hacia la carretera. La persona misteriosa se da cuenta de que me he despertado y me mira, descubro quien es la persona. Adán.
-¿Que a pasado?- pregunto enfadada y confusa.
-Le has dado una paliza a Alicia y después has bebido demasiado y te he encontrado en la barra del bar punto de desmayarte.- dice mirando fijamente a la carretera.
-¿Que me ha dicho para que le haga eso?- digo apunto de explotar.
-Mejor te lo digo cuando no esté conduciendo ¿vale?- dice cambiando de humor derrepente, de estar serio a soltar una carcajada.
-Idiota.- Digo cruzándome de brazos y mirando a la ventanilla.
-Yo... He cortado con ella.- me dice avergonzado.
-¿Que? ¿Estabais saliendo?- digo subiendo el tono. ¿Porque nunca me entero de nada?
-Si... Bueno era más.. Un lío- me dice.
-Ah. Pero eso no cuenta como estar saliendo.-Digo obviamente con razón.
-Hemos llegado.- Me dice aparcando en la acera de enfrente de mi casa.
-¿Me vas a contar ya lo que me ha dicho esa subnormal o no?- digo lo más borde posible mientras salimos del coche y entramos en mi casa.
Se calla. Una vez dentro nos sentamos los dos en el sofá negro y gira ligeramente la cabeza para que pueda verlo bien y me pueda hablar.
-Bueno... Cuando llegó Ali tu estabas muy enfadada y la ignorabas todo el rato. Pero entonces Abel dijo que le gustaba una chica y que iba a pedirla salir. Pero entonces Ali dijo: Pues Paula nunca a salido con alguien. ¿Porque Paula?.- hizo una pausa, la rabia se estaba extendiendo por todo mi cuerpo.
-Eso no se porque te molestó tanto y te abalanzaste sobre ella arrancándole las estúpidas extensiones rubias.- se ríe por lo bajo. Pero yo no estoy con humor para reírme. Aprieto los puños y intento calmarme. Pero es imposible y acabo tirando por los suelos la mesita que hay delante del sofá.
-¡Para! Tranquilizate...- dice dando un brinco y poniéndose de pie.
-¡Que me tranquilize! ¡Estas loco! ¡Tu no sabes lo que a dicho esa gilipollas en verdad!- grito muy alto abofeteando el aire con las manos.
Adán se acerca a mi lentamente intentando calmarme pero a la vez intentando que no le de una buena torta.
-Tranquila... - dice abriendo sus brazos en plan {abrazarme}
-¿Que te crees? ¿Que voy a abrazar a alguien? Ni en broma.- digo poniendo los brazos cruzados y cambiando el peso de mis piernas de un lado al otro.
-Ya... Me lo imaginaba- dice rascándose la nuca, signo de que esta nervioso. ¿Pero que le pasa?
-Me voy a dormir- digo sin cortarme. Entonces me giro y me voy a mi habitación. Este no es el Adán que yo conocí hace 1 año. Ha cambiado. ¿Desde cuando ese chico se pone nervioso por algo?
Después de caer en mi cama con la rabia aún en mis venas, oigo la puerta principal cerrarse. No lo entiendo. Normalmente habría venido y habría intentado tranquilizarme. Pero se ha ido. Esta raro. O es que igual ya le canso a todo el mundo y no quieren seguir luchando por arreglar a una persona tan rota. En vez de comerme tanto el coco, cierro los ojos y me sumerjo en un sueño profundo.

El sabor del café es lo único que alivia este dolor de cabeza que tengo. Estoy sentada en el sofá del salón, la mesa que anoche tire ya está de nuevo en su sitio. Todavía llevo la ropa de ayer y estoy bebiendome una taza de café recién echó para aliviar la resaca que tengo.
Miles de preguntas se me pasan por la cabeza mientras el dolor se va aliviando. Ya son las 13:00 y no he comido nada en todo el día, y no pienso hacerlo. Sigo en el sofá estirada boca arriba con las dos manos apoyadas en mi barriga y la mirada perdida en el techo. Después de recordar lo que dijo Alicia unas lágrimas amenazan con caer.
-¡NO! ¡Paula Sanchez no llora!- grito mientras me pongo de pie y me voy a mi dormitorio a vestirme.
Nunca he llorado. Nunca lloro. Y nunca lloraré.

Como ya son las 17:00 y estoy en casa sin hacer nada se me ocurre estudiar o leer. Pero después pienso que quizás alguien se podría enterar. En mi pandilla si estudias, lees,... O si simplemente eres virgen, te odian. Nunca lo entenderé, pero es así.
Después de un buen rato con él móvil jugando al Geometry Dash recibo un mensaje.

Vivo En La OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora