Capítulo 20

23 3 0
                                    

-¿A donde quieres ir?- me pregunta Kevin con una manzana en la boca. Estamos sentados en la mesa de la cocina uno en frente del otro.
-¿A que te refieres?- le pregunto confundida.
-Pues que hoy es el primer día de vacaciones y espero pasar el mejor verano de mi vida contigo- dice sonriendo. Yo, que estaba bebiendo un vaso de agua me atragantó y escupo el agua de nuevo al vaso. El se rie.
-No se porque, pero me esperaba una reacción parecida de tu parte- dice aún riendo.- Pero ahora dime, ¿Porque no crees en el amor?- me pregunta ahora serio.
-Yo...- digo, tengo ganas de desahogarme pero a la vez no se si lo entendera. Como ve que no sigo me sonríe, maldita sea esa sonrisa.
-Sigue- dice aún con la magnífica sonrisa.
-Mis padres... Bueno,- y hago una pausa tragando saliva.- Mi padre era alcohólico, y todas las noches llegaba a casa borracho, aunque avezes nisiquiera llegaba- digo y suspiro, Kevin me mira muy serio- Siempre estaban discutiendo, pero antes de todo eso se querían un montón, pero se cansaron. Todo amor tiene fin, siempre la pareja se cansa de estar con la misma persona y deja de sentir lo que sentía antes- sigo diciendo.
-Toda historia tiene final Paula. Todas y cada una de ellas. Pero lo bonito de las historias es vivirlas intensamente y sin preocuparte el maldito final, porque toda historia de amor tiene final, pero el camino hasta ese final es el más increíble, apasionante y hermoso- dice y me mira. Yo me callo, tiene razón... Entonces cierro los ojos cuando noto sus carnosos labios sobre los míos, y está vez, es mi beso preferido. Un beso que me devuelve el corazon y me arregla por muy rota que estoy.
-¿Ya crees otra vez en lo precioso que es el amor?- me dice aún muy cerca de mi.
-Si...-digo arrastrando las letras y esbozando una sonrisa.
Entonces se separa de mi y se vuelve a sentar bien en su silla. Me coje de las manos y las entrañas con las suyas.
-Paula... ¿Quieres que sea yo quien se enseñe a amar a alguien?- me dice dulcemente. Y entonces se que se está refiriendo a que sea su novia. Yo me lo pienso aunque se perfectamente la respuesta.
-Si- digo sonriendo y susurrando.
Y entonces me vuelve a besar.
Un beso que acaba pegando todos los trozos de mi corazón.

Ahora estamos en el centro comercial, me ha dicho que quiere ser como uno de esos novios que van de compras con sus novias y que van de tienda en tienda viendo que tal le queda la ropa a su pareja. Yo me he reído ante la idea pero he accedido. Y mira que odio las compras, pero no se porque, ahora todo lo que hago con el, sea lo que sea, me parece buena idea.
Quizás este loca.
Loca de amor.
Pero la verdad es que me he enamorado.
Y no puedo remediarlo.

-Ya llevamos media hora mirando tiendas- le digo a Kevin caminando por el centro comercial cargada de bolsas al igual que el.
-Ya lo se- dice riendo. {Joder, esos hoyuelos} Me lo quedo mirando un rato hasta que me doy cuenta de que parezco idiota y me sonrojo mirando de nuevo al suelo.
-¿Pasa algo?- me pregunta
-No, tengo hambre- digo y le vuelvo a mirar.
-¡Pues aquí tienes fiambre!- dice señalandose el paquete y riendo.
Yo primero me hago la seria pero después no puedo evitar soltar una carcajada.
-¿Eres idiota o que?- digo aun riendo.
-Un poco puede que si, pero un idiota que te mola- me dice y me guiña el ojo. Yo vuelvo a reír.
-Ya basta, vamos a comer- le digo aun en carcajadas. Le miro y el asiente vigorosamente.

-Porfin- digo tirando todas las bolsas de la compra al sofá.
-Ya ves- dice Kevin tirándose en el otro sofá.- Que cansancio..., no siento las piernas.
Después de comer seguimos mirando tiendas y riéndonos de todos los modelos que salían en las fotos y que parecían maniquíes.
-¿Que hora es?- le pregunto. Debe de ser tarde porque ya es de noche, y en verano anochece tarde. El mira el reloj rojo de su muñeca y se sienta bien en el sofá.
-Las diez- me dice serio pero mirándome fijamente.
-Mm vale- le digo ya que no se que mas decir, esto empieza a ser incómodo.
-¿Quieres que me vaya?- me dice suevemente.
-No no no- digo amablemente.- Quédate a dormir si quieres, estamos en vacaciones- le digo sonriendo, ya no es tan incómodo.
-¿Y duermo otra vez en el sofá?- dice bromeando.
-No tiene porque- digo haciéndome un poco la interesante y salgo del salón volviendo a mi habitación.
Una vez dentro, hago la cama. Ya que no me gusta dormir con la cama desordenada, yo soy así. Aunque se perfectamente porque estoy haciendo la cama, y no es por lo que he dicho anteriormente...

Vivo En La OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora