Capítulo 4

39 4 0
                                    

-Si, Paula soy yo- dice nerviosa
-¿Que quieres?- digo en un tono borde.
-Me voy a casar- dice con un tono de emoción en los ojos.
-¿Y a mi que me cuentas?- digo fríamente. ¿Que más me da?
-Pues... No se, eres mi hija. Creo que deberías saberlo- dice un poco triste de mi reacción.
-No soy tu hija, las madres están siempre para sus hijas, las cuidan, las ayudan y hace lo que sea por ellas. Puede que tengamos la misma sangre, pero yo no soy tu hija ni tu mi madre.- la espeto
-Yo... Bueno, yo sólo quería, yo, tu, bueno, ¿Puedes venir a la boda?-dice
-No me da la gana- digo, seguro que ya se sabía la respuesta.
-Porfavor, es una cosa muy importante para mi. Además, Brad tiene una hija, tu futura hermanastra- dice ilusionada
-¿Que? Eso nunca me lo has dicho-
-Ya lo se, se llama Ashley y es encantadora, ¿podrías almenos intentar llevarte bien con ella?- me suplica.
-No se...- decido torturados un poco. No voy a contarla todo lo que ha pasado.
-Porfavor, ven a la boda- me vuelve a suplicar.
No se que decir.
-¿Cuando es?- digo en un tono frío
-Este fin de semana- dice avergonzada de no habérselo contado antes. Pero me da igual.
-Tengo examenes- pongo esa excusa con tal de no ver a mi madre.
-¿Que? ¿Te he oído bien?- dice sorprendida. No quiero que piense que ahora soy una empollona o algo así que accedo.
-Ire- digo rendida.
-¿Enserio?- dice y de que está haciendo ese gesto de ponerse la mano en la boca de la sorpresa.
-Si, pero como me lo restriegues por la cara te juro que...
-Si si, tranquila- dicho esto cuelga el teléfono. Se que ahora mismo estara saltando y gritando de la ilusión.
Se va a casar. Voy a volver a tener un "padre", y ahora tengo que aprender a tener una "hermana". Nunca he tenido hermanos. Pero la idea de volver a tener padre me aterroriza. No quiero volver a pasar por lo de mi antiguo padre. Lo pase mal de verdad...

Me despierto muy cansada. Almenos hoy he podido dormir una hora.

Llego a la Universidad ha con mi ropa negra y mi mochila negra. Me entra el pánico al comprobar que mi primera clase es Psicología Adolescente. Alicia también tiene esa asignatura, y lo peor de todo es que se sienta a mi lado.
Cuando llego al aula sólo está Mónica en primera fila apuntando algo en su libreta. Me dirijo hacia última fila a cámara lenta, me siento en nuestro pupitre y saco mis apuntes para mantenerme distraída durante la clase y estudiar para el examen que tengo en la siguiente hora. Dos minutos despues suena el timbre indicando el comienzo de las classes. La aula empieza a llenarse y yo me hago la concentrada en los papeles. Estoy leiendo los apuntes del examen, es de filosofía, y por primera vez en mi vida me se un examen a la perfección. Estoy entrenida leiendo y estudiando antes de que llegue el profesor. Pero derrepente noto a alguien a mi lado izquierdo. Miro por el rabillo del ojo y veo que Alicia está sentada a mi lado buscando algo en su mochila. Saca una libreta, era la que siempre utilizabamos para pasarnos notas entre clases. Que recuerdos... Dejo de mirarla y me dijo otra vez en los apuntes. {Este examen está chupado} pienso mirando las ojas que tengo delante mío y que utilizo como excusa para no entablar conversación con la arpía que tengo al lado mío. La clase se termina más rápido de lo que me imaginaba y recojo mis cosas para irme a filosofía a hacer el examen. Estoy en la puerta del aula para salir de ella en cuanto una mano se apoya en mi hombro. Me giro y allí está, Alicia.
-Se te ha caído esto- dice mientras me extiende una libreta. Es mi diario. Lo cojo con la mínima cura, me giro y me voy.

Estoy a punto de hacer el examen. Cuando el profesor Manuel me pone el examen en la mesa me sonríe ampliamente. Dirijo mi mirada al examen y me quedo increíblemente sorprendida. Me lo se todo. Respondo todas las preguntas fácilmente y rápido. Soy la primera en acabar, y cuando le entrego el examen al profesor me mira muy sorprendido al igual que todos los alumnos, sobretodo Abel y Adán, que parece que van a empezar a echar humo por la cabeza de un momento a otro. Cuando me vuelvo a sentar en la silla me siento bien. ¿Orgullosa de mi misma? Puede ser.

Llego a casa muy vigorizada y me pongo a comer. Cuando acabo, siento un vacío en mi. Normalmente cuando me aburría llamaba a Abel o a Adán para pasar el rato o a Ali para que se quedara a dormir. Ahora estoy sola. Pero me da igual. Tengo más tiempo para mi, para los estudios que han resultado ser una cosa que me ha gustado mucho y para mi vida privada. Estoy en la cama estudiando y leiendo Cien Años de Soledad. De repente suena el timbre de mi casa y me doy un pequeño susto. Dejo todos los papeles en mi cama y me dirijo a la puerta principal. Ahora se me hace mucho más fácil andar por casa después de el ataque de limpieza del sábado. Cuando abro la puerta me encuentro a una chica más o menos de mi altura un poco más bajita. Tiene el pelo lila claro, lleva puesta una camiseta negra de manga corta, una falsa que le llega hasta la mitad del muslo y unas medias de encaje. Lleva puestas unas botas negras hasta el final de los gemelos y es muy guapa. Lleva poco maquillaje y los labios rojos. Pero la pregunta es ¿Quien es?
-¿Quien eres?- pregunto secamente.
-Hola! Me llamo Ashley!- tiene un tono muy agudo de voz para mi gusto y sonríe ampliamente. Me ofrece la mano amablemente y yo se la estrecho.
-¿Y que haces en mi casa?- digo muy extrañada.
-No le hables así a tu futura hermanastra!- dice con una sonrisa de oreja a oreja.
{No fastidies}

Vivo En La OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora