A veces cuando mi esposa está con nuestro hijo, él voltea y le susurra al oído:
"Mami, te prometo que nunca voy a masticarte los huesos, te lo prometo".
Lo prometo mami.
A veces cuando mi esposa está con nuestro hijo, él voltea y le susurra al oído:
"Mami, te prometo que nunca voy a masticarte los huesos, te lo prometo".