Mi perro no paraba de arañar la puerta para entrar a dormir conmigo en mi habitación.
Que raro, pensé que él dormía conmigo... Pero igual me paré de la cama, empecé a abrir mi puerta y mi perro empezó a ladrar asustado, justo al lado de mi cama.
No era mi perro quien quería pasar.
Mi perro no paraba de arañar la puerta para entrar a dormir conmigo en mi habitación.
Que raro, pensé que él dormía conmigo... Pero igual me paré de la cama, empecé a abrir mi puerta y mi perro empezó a ladrar asustado, justo al lado de mi cama.