Capítulo treinta y cuatro

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Después de la pelea con Mery fui a dormir un poco,no habíamos discutido así nunca,siempre nos hemos entendido y compartido algunas opiniones,por lo tanto,eramos pacientes a la hora de un desacuerdo,pero ahora,ahora todo se ah ido a la mierda,¿cómo siquiera puede pensar en ese prototipo de hombre? No le encuentro el sentido.

Me dijo algo como: "No a preguntado por la bebé,se lo comenté pero cambió de tema".

Con sólo recordar su comentario me dieron ganas de atarla a un palo y arrollarla con mi auto,demasiado extremista,lo sé.

¿A caso no había pasado por muchísimo sufrimiento ya por eso idiota? ¿O quería un poco más? Recuerdo perfectamente el día que se enteró de Maia,su felicidad y su confusión,pero no sólo eso,también el día que le dijo a "él" sobre el embarazo y la rechazó,insultó,humilló y se limpió en sus sentimientos,yo estuve allí para ella,sintiendo y sufriendo de igual manera que lo hacía ella,y definitivamente eso no es algo por lo que quisiera pasar de nuevo,ni loca.

por la mañana mientras Mery estudiaba salí a caminar por el parque con mi sobrina,su madre ni siquiera me dirigió la mirada,pero se vio obligada a hacerlo para decirme que no era necesario que me hiciera cargo de Maia,a lo cuál por supuesto me negué,la bebé no tenía la culpa de nada,otra vez,y ambas nos necesitábamos,por supuesto que la cuidaría,por más enojada que esté con su madre.

Mientras le enseñaba a Maia a arrojar migas de pan a los patos,y ella luchaba por salir corriendo y agarrarlos (aunque apenas gateaba y se sentaba sola) Peter me sorprendió por detrás,ofreciéndome una rosa,me quería hacer la dura,pero ¿quién se podía resistir a él? Tomó a la bebé de mis brazos y empezamos a caminar lento,disfrutando del paisaje.

-Lali ¿ya has tenido tiempo suficiente?- Preguntó serio,como siempre.

-Mejor hablamos de eso otro día,no estoy de humor hoy.

Me interrogó y terminé contándole sobre mi pelea con Mery,cuando terminamos el camino,miró su reloj,y nos invitó a almorzar,está vez,preferí un restaurante simple.

Cuando llegamos al local Maia estaba completamente dormida sobre el hombro de Peter y la recosté en su carrito de bebé,esa cosa hacía todo más fácil.

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