capitulo cuarenta y cuatro

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El primer mes con Maia fue increible. Ella es la bebé más hermosa. Con sus rizos dorados. Identica a su mamá.
Peter me acompañó en toda esta situación, se mostró demasiado atento con nosotras dos.

Hoy se le ocurrió que podriamos salir los tres y tener un picnic. Así celebraríamos las primeras comidas sólidas de Maia. Y ella se distria un poco del recuerdo de su madre.

Peter y yo mirabamos a Maia probar los nuevos sabores

Sus caras al probar el pure de calabaza o el de manzana no tenían ningún precio.

Peter me dijo riendo:
-Esta niña es una payasita con las muecas que hace
Y tomó a Maia en sus brazos y besó su mejilla repetidas veces.
Yo les sonreí
Se sentía como una familia, mi familia.
Pero yo no me sentía cómoda ahí, parecía que estaba tomando lo que no me pertenece.
No por Peter, claro.
Sino por la hija de Mery.
¿Pero qué podía hacer yo ahora más que criarla como mi hija?
Nunca entendería ocupar un lugar que no es mio, pero yo quería formar el mio propio en la vida de esa niña.
Maia tiró sus bracitos a mi Peter me la pasó, yo besé su cabecita.
El olorcito a bebé es lo más delicioso del mundo.
Cerré mis ojos y nos quedamos abrazadas un rato, fue la tarde más maravillosa.
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Al día siguiente me levanté de la cama de Peter y le di un beso
-Te ves hermosa así desnuda- me dijo pícaro
Yo me reí y nos besamos
-voy a bañarme, avisame si Maia se despierta- le dije
Una vez lista y arreglada fui al cuarto de mi bebé. Sí, mi bebé. Es mi bebé ahora y se siente bien admitirlo y no sentirme mal por ello.
Antes ella y yo teniamos una relación como de tía y sobrina, ahora me empezaba a sentir como su mamá.

-Buenos días mi niña hermosa
Ella me miraba con los ojos abiertos desde su cuna. Su pequeña sonrisa me alegró el  momento. Algo balbuceó.

-Hay que levantarse y bajar a desayunar pequeña

La tomé entre mis brazos y cambié sus pañales y pijama.

Abajo nos esperaba Peter tomandose un café
- ¿ Que pasa con esa niña tan hermosa?
Le dijo Peter a Maia en tono añinado. E intentó robarla de mis brazos.

La bebé se puso a llorar escandalosa en cuanto la alejó de mi.

-Vamos Maia, Lali debe hacerte el desayuno, quédate con Papi- Le dijo y besó su cabecita

¿ Con papá? Pensé. Y miré a Peter un tanto confundida.
Él se dio cuenta de su error y se avergonzó un poco, pero no le dije nada, despues de todo eramos los padres de Maia ahora mismo, meh.
Aunque no quería admitir que su error me enterneció. ¿Él nos consideraba su familia ya? Que locura,  no me hubiera imaginado que el hombre que entró a mi oficina a molestarme hubiera tenido deseos de una familia.

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