Capítulo veinticinco

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El calor se hacia cada vez mas insoportable y eso empeoraba mas mi mal humor,nos encontrábamos en el centro comercial central junto con Peter haciendo unas compras para Maia,que por suerte ya se encontraba en casa junto con Mery. Esta mañana yo me prepare para hacer las compras mas temprano pero cuando abrí la puerta de mi departamento me encontré con mi hermoso jefe que venia a proponerme un desayuno juntos,pero después de contarle sobre mi plan de consentir a mi sobrina decidimos que desayunaríamos y luego haríamos lo otro,no fue así.

Ni siquiera logramos terminar de comer que ya nos encontrábamos en su cama,desperdiciando de la mejor manera existente el tiempo,haciendo el amor. Que sin dudas se había convertido en nuestra actividad favorita desde algún tiempo.

Después de almorzar y tener otra ronda por fin salimos para el centro comercial. Me decidí por dos biberones rosados,un par de remeras y pantalones y finalmente un oso de peluche,siempre fui muy fanática de las barbies,tenia de todos los tipos cuando era pequeña y la mayoría me las regalaba mi abuela. Mi favorita era la veterinaria y Mery siempre era la cocinera cada vez que iba a jugar conmigo a casa,jugamos hasta los diez años,cuando el resto de nuestras amigas solo había echo hasta los ocho,aun así no le di importancia y ya cuando fui grande me decidí por coleccionarlas solo guardarlas. Aunque me hubiera encantado llevarle un par a Maia no podía,ella apenas tenia dos días de vida y solo se dedicaría a babearlas,si es que lo logra.

Un chupete de osito también fue a parar en mi canasta,no pude con mi genio y me metí a una casa donde fabricaban muñecas ,mire por la vidriera los hermosos modelos y me enamore de ellos,le tenia que comprar una de esa también,aunque no la valla a usar hasta los cinco años.

Yo entre primero por la puerta,que tenia el típico tintineo de los locales,una señora ya bastante mayor se encontraba detrás de una antigua maquina de coser,creo yo confeccionando un vestido de muñeca.

-¿Puedo ayudarlos en algo?

-Claro,me gustaría ver algunos modelos de muñeca por favor- dije sonriente

-¿Podría decirme la edad de la niña por favor?

-Tiene dos días.

-ya veo -dijo seria

Peter me abrazo por la cintura.

-creo que tengo el modelo perfecto para su hija

-ella no es..-Desapareció antes de que pudiera terminar mi frase

-Esa señora me da miedo -comentó Peter cerca de mi oído

-A mi igual

-Ojalá se apresure,tenemos cosas inconclusas en mi cama

Reí y lo empuje con mi codo

-Eso no es cierto -sonreí

-Claro que si señorita Espósito,no contradiga a su jefe.

-Ya la tengo -gritó la señora detrás de una puerta,luego se acerco con una caja de madera

-Su nombre es Agnesh y es muy especial,hará feliz a su bebe

La muñeca era sin dudas hermosa,echa de porcelana tenia un vestido antigua celeste que combinaba con una pequeña gorra que cubría la parte superior de su cabeza, y tenia un cabello marrón precioso,que caía en ondas hasta sus rodillas.

-La quiero.















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