Capítulo treinta y seis

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-No lo entiendo,¿para qué quieres que vaya yo contigo,Peter? Dije alterada.
-¿Es en serio Lali? Quiero que estés conmigo,salir,lo mereces,te la pasas todo el día ayudando a las personas con sus asuntos,estás más estresada que nunca.
-Es un buen punto,lo pensaré.

-Eso es prácticamente un sí- Esbozó una sonrisa en su rostro.

Habíamos estado de acuerdo en que partiríamos en los próximos días, ¿a dónde? No tengo ni la más mínima idea,pero me encantaba la idea de estar un tiempo a solas con Peter,sería genial.

Al parecer Mery había sacado esa idea loca de seguir viendo a Benjamín de su cabecita,odiaba juzgar a mi amiga,pero,¿qué estaba haciendo? Me entristecía por la bebé,no creo que alguien tan despiadado como ese tipo,se merezca tanta dulzura y felicidad en su vida,como la que esta niña podría darle a quien sea.

-Lali,por casualidad ¿no viste el biberón con el osito morado? Quiere exclusivamente ese,no para de lloriquear.

-Creo que alguien se convertirá en una niña malcriada y caprichosa- Sonreí

-Culpa de su tía - Respondió Mery
Ambas reímos y comenzamos la búsqueda.

Finalmente lo encontramos entre los asientos del sofá,en realidad no teníamos ni idea de como había llegado ahí. Calmamos a la bebé y pudimos pasar el resto el día juntas,como antes,extrañaba bastante a mi amiga. Nuestras vidas habían cambiado mucho desde que éramos unas simples adolescentes y nuestra única preocupación era el colegio y que los chicos inalcanzables apenas nos miraran,era muy distinto,ahora había una niña,un trabajo,el estudio,muchas cosas que ocupaban la mayor parte de nuestro tiempo juntas,extrañaba esto.

Comimos y vimos una película de terror,las odiaba,pero si ella quería,da igual. Cuando Maia comenzó a lloriquear pasamos el rato las tres,disfrutando de nuestro tiempo entre chicas.

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