Capítulo 19

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Llegamos al sitio indicado, bajamos de la motocicleta y entramos a ese lugar que ya era tan conocido por nosotros.

Sac se encontraba en ese habitual sillón de siempre, mientras el Sarco fumaba su tabaco con los pies sobre su escritorio.

Vi a Sac con una expresión de preocupacion en su rostro. Algo no estaba bien, Isabel se sentó a su lado en el sillón mientras yo me quedé de pie.

El Sarco se acercó un poco más a nosotros y se sentó en un sillón enfrente de Sac e Isabel, absorbió su cigarro, lo observó mientras dejaba escapar el humo y estuvo así por varios seguros.

Ya me estaba colmado la paciencia y sentí ganas de colgarlo de los huevos.

- ¿Por qué estamos aquí? - pregunté ya desesperada.

Me clavaron el visto.

El Sarco ignoró por completo lo que yo dije y siguió observando su tabaco. Nos miro a uno por uno y luego estrelló su tabaco en un cenicero.

- Sac y Alex - se cruzó de piernas - muy buen trabajo, lograron vender muy bien la mercancía - hizo una seña a los hombres que siempre estaban detrás de él - y yo soy hombre de palabra, aquí está su parte - saco dos rollos de billetes - tu parte - me lo arrojó - y la tuya - le lanzó una a Sac - si siguen así seguirán ganando mucho más.

》Pero tú - miro a Isabel - No has vendido ni la mitad de lo que te he dado, pero los cinco kilos de uso personal que te he dado, esos si los has cosumido como una maldita perra - escupió

- Lo siento - bajo la mirada - he tenido muchos problemas, no he podido venderlo - lo miro - pero te prometo que los vendere, sólo necesito algo de tiempo - el Sarco soltó una carcajada

- Eso es lo que no tengo, tiempo - se levantó y se dirigió hasta donde ella - pero necesito mi dinero - acarició su pierna - ¿Como haremos?

- Por favor - suplicó - dame una semana, te juro que vendere todo

- ¿Una semana? - le hizo una seña a Sac para que se levantará, Sac camino hacia mi y el Sarco se sentó al lado de Isabel y cruzó sus manos - ¿Crees que si no lograste vender todo en un mes lo lograrás en una semana?

- Lo haré día y noche - lo miro - sólo dame la oportunidad

- No - la miró - nunca doy segundas oportunidades, has fallado y eso merece un castigo - se levantó y la miro - Lástima, eres tan linda - le dio una bofetada.

Iba a defender a Isabel, me metería entre él y ella pero Sac me agarró de la cintura y pego su boca en mi oído.

- No Alex - susurro - empeoraras todo

- Lo siento - dijo Isabel quien ahora lloraba

- ¿Lo siento? - agarró su rostro con una mano. Yo me sentía asquerosamente impotente - ¿Crees que con un lo siento tendré mi dinero? ¿ah? - la arrojó con fuerza al sofá - tendrás que pagarme ese dinero

- Pero no tengo esa cantidad - dijo Isabel sobando su mejilla

- Yo tengo una mejor forma - se sirvió un trago - digamos que tengo que transportar una mercancía pero la Policía lo ha complicado todo, así que tú - la señaló con su dedo índice de la mano con la que sostenía el vaso - tragaras treinta kilos de coca y los llevarás hasta Canadá

- ¿Que? - preguntó Isabel - No puedo hacer eso

- ¡Oh! Claro que lo harás - se rió maliciosamente - es eso o te mueres aquí mismo - le apunto con su arma

- Esta bien, esta bien - dijo asustada - lo voy a hacer

- Así está mucho mejor - bajo su arma.

Al Final Del TúnelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora