Capítulo 27

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Muchas veces buscamos nuestro real propósito en la vida, ¿Para que vine al mundo? ¿Tengo algún propósito? ¿O simplemente vine al mundo a nada? Y por más que queremos no hallamos las respuestas a cada una de estas preguntas.

Muchas veces pensé que mi vida no me correspondía totalmente, yo siempre quise una madre que me escuchara, que me aconsejara y que también me castigará cuando yo me equivocara y no cada vez que ella estaba molesta.

Pero la vida es un continuo relato de azar, nunca sabes que te tocará a ti pero lo que si sabes es que debes vivirlo así no te guste lo que te tocó.

Cada día odiaba más y más a Adela, no era posible que en un sólo ser humano hubiera tanta maldad, si, fui producto de una violación y cualquier mujer víctima de abuso sexual se siente fatal, pero ¿Que culpa tenía yo? No fui yo quien decidió en que óvulo estar, simplemente pasó por x o y motivo y ella tendría que hacerse responsable porque producto o no de una violación yo era su hija.

- ¿Estas bien? - me sorprendió Gabriel mientras tomaba mi desayuno y pensaba en lo pasado

- Si - Lo mire y volví a mi plato - todo está bien

- Te fuiste sin decir una palabra - se sentó a mi lado. Él era tan bueno

- Lo se - movi mi cuchara en el cereal. Aunque tenía hambre no quería comer - es que...todo esto - empecé a tratar de explicar - sólo no me lo esperaba - Lo mire y lami mis labios - ¿Por qué Irene puede ser tú hija y no yo? ¿Acaso hice algo mal?

- ¡No Alex! - agarró mi mano - Tú eres mi hija, ya te lo he dicho, Irene y yo compartimos sangre, si, es verdad, pero a veces para haber una relación padre-hija se necesita más que eso - acarició mi mejilla - Este viejo seguira siendo tu padre Alex aunque un maldito papel diga lo contrario ¿Entiendes?

- Si, te entiendo - Lo abrace y como nunca sentí mi corazón saltar de alegría. Gabriel puso sus manos en mi espalda y me abrazo con fuerza - muchas gracias papá - le susurre en su hombro y sentí como sus hombros subían y bajaban lentamente, así que me separé de él - ¿Que sucede?

- Alex - me miro con los ojos inundados de lágrimas pero con una sonrisa en sus labios - me has llamado papá - y soltó a llorar nuevamente. Allí comprendí que también se llora de alegría

- Eres mi padre Gabriel - limpie sus lágrimas - así el mundo este en contra - le sonreí mientras lo obligaba a mirarme - te quiero papá - volví a abrazarlo

Me inunde en los anchos brazos de mi padre y me sentí débil, bastante quebrable pero me sentí segura, feliz y con un volco de emociones.

Me estaba perdiendo de mucho al nunca abrazarlo, siempre pensé que él era igual a Adela, pero estaba tan equivocada. Adela jamás llegaría a ser un poco como lo era Gabriel.

***

- Pero tu madre es una zorra - exclamó Isabel - mira que ocultarte eso

- Si - deje salir sin ánimos

- Pues tu madre es una idiota - se cruzó de brazos - yo te amaría tanto

- Si claro - puse los ojos en blanco

- ¡Es enserio! - chilló - yo amaría tanto a mi hijo, porque igual no tuvo la culpa él

- ¡Ay por favor! - me levanté molesta - Si mal no recuerdo, hace unas semanas estuviste embarazada ¿Y que hiciste? Abortaste, y dime algo Isabel ¿Te habían violado? No verdad, fue por placer y aún así decidiste matarlo, así que no me vengas aquí con temas de que amarias a tu hijo sin importar nada porque nadie olvida lo que hiciste - escupi e Isabel me observaba con los ojos desorbitados y quise golpearme por haber abierto la boca

Al Final Del TúnelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora