Capítulo 39

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Si bien es cierto que todos tenemos un límite, yo había dejado mi límite atrás, me prometí a mi misma nunca enamorarme, sin embargo ahí estaba yo en un intento por enamorarme una segunda vez.

El primer amor es inolvidable, pero no insuperable.

Las palabras de Jhoyssel retumbaban en mi cabeza como si fuera un recordatorio diario de que podía amarle también a él sin sentirme culpable por Thomas.

Al despertar, mi primer impulso fue llevar mi mano hacía el lugar de Jhoyssel, pero aquel lado de la cama estaba frío por la ausencia de su cuerpo. Abrí los ojos rápidamente sólo para comprobar lo que presentia, me había dejado sola, tal como hacen todos cuando una noche no significa más que placer, así que lleve mi mano a mi rostro como muestra de desepcion y un nudo se formó en mi garganta.

- No iba a perder la oportunidad de verte amanecer en mi cama - escuché su voz hacía mi lado de la cama y sentí mi corazón latir con fuerza.

Quité mi mano de mi cara, me enderece en la cama y lo miré - pense que ya te habías ido - trate de sonar natural, como si no me hubiese importado que no estuviera allí

- La verdad es que tengo muchas cosas por hacer - metió ambas manos en los bolsillos de su pantalón clásico - Pero tengo prioridades - me sonrió de lado

- ¿Entonces verme dormir con la boca abierta y babeando es una de tus prioridades? - enarque una ceja y él soltó una leve risilla

- La mas importante y mas linda de todas mis prioridades - avanzó hacia mi y se sentó en él borde de la cama sin dejar de mirarme - Hace mucho tiempo no me sentía justamente como me sentí anoche, quizá pienses que es estupido pero anoche me sentí vivo una vez mas, gracias

- Hacer él amor no se agradece - le dije poniendo mi mano en su hombro

- ¿Entonces para ti también fue amor? - enarco una ceja mientras sonreia

- Bueno...- me ruborice

- No digas mas - puso su dedo en mis labios - dejemoslo en amor - me dio un pequeño beso en los labios - tengo que irme, te veré en la tarde - me dio otro beso y se marchó

Deje salir un gritico de felicidad y me tiré en la cama.

Muchas veces odié ser Alex Goulding, pero desde Thomas hasta esa mañana, amaba ser yo, no me arrepentía de las cosas que había hecho, porque si no las hubiera hecho quizá jamas había experimentado una de las cosas mas bellas de la vida, el amor.

Bajé con una gran sonrisa a tomar él desayuno, esa era una gran mañana, era mi mañana, pero antes de entrar escuche a Roberth conversar con alguien así que me detuve a espiar su conversación.

- No tienes idea, ahora todo se complica... Si, te necesito aquí ahora mismo... No me importa que tengas que hacer... Eso es problema tuyo Sharon... Bien, te espero.

- ¿Acaso no te enseñaron a no espiar conversaciones ajenas? - sentí mi corazón detenerse. Él no podía verme - Puedes salir, se que estas ahí pequeño - Yo no era un pequeño... All

- Perdón - respondió All con voz tímida

- ¿Que escuchaste? - alzó un poco la voz, pero All no respondió - ¿Que fue lo que escuchaste? - se escucharon pasos acercarse a él

Al Final Del TúnelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora