Tori Vega, una conocida estudiante del instituto de LA. Ella y sus amigos son unos de los mejores estudiantes, lo que provoca ,en ocasiones, situaciones como en la que se verá Tori cuando la directora decide asignarla como tutora.
¿Podrá Tori aguant...
Mis mejillas toman un intenso color rojo mientras mis manos viajan a ellas. Nadie dice nada. El silencio es rey del momento. Al cabo de unos minutos, tomo el valor necesario para hablar.
—¿A qué te refieres?—pregunto.
—Este tiempo he llegado a tomarte cariño—se gira—. Sé que pensarás que soy ridículo por decir esto por la fama de mujeriego que tengo, pero es la verdad. Al principio pensé que solo eras un capricho, como lo son casi todas las chicas. Pero tu sonrisa y tu extraña forma de ser me han cautivado desde el principio.
—Billy, no sé que decir—digo.
—No te preocupes—contesta—. Entiendo que te ha tomado de sorpresa.
—¡Y tanto!—exclamo riendo.
El resto de la tarde pasa tranquilo y ninguno toca más el tema hablado en el árbol. Me acompaña a casa y se despide.
—Supongo que nos veremos el lunes—dice metiendo las manos en los bolsillos del pantalón.
—Supongo—digo nerviosa.
—Entonces hasta el lunes—se acerca despacio hasta que su nariz choca con la mía. Ambos reímos levemente.
—¿Lo deseas?—pregunta.
—Tanto como tú—digo juntando nuestros labios en un perfecto encaje. Mis ojos se cierran para sentir las emociones que vuelan por mi estómago. Se separa despacio mientras abre los ojos.
—Nos vemos el lunes—se aleja mientras se despide con la mano. Yo solo puedo entrar corriendo a casa con mi cara hecha un tomate.
—Hey—dice mi hermana pequeña saliendo de la cocina.
—Hola—digo dejando el bolso en el sillón.
—¿Qué tal en la cita con Billy "Mujeriego" Unger?—pregunta. Yo sólo río.
—Bien—digo agachando la cabeza—. Ahora me voy a mi habitación.
Me tumbo en la cama y pienso en el día. Me cambio por el pijama y me acuesto quedándome dormida.
Mi hermana me despierta haciendo que me caiga de la cama.
—¿Qué pasa?—digo gritando.
—Tu móvil ha sonado más de diez veces—contesta tirándolo a la cama.
Reviso mi móvil para encontrarme con tres llamadas de Kelli y siete mensajes de Billy.
(Llamada)
—Al fin contestas mujer—dice cuando respondo su llamada.
—Estaba durmiendo.
—Lo supuse—dice riendo.
—¿Y a qué se debe tu llamada?—pregunto entrando al baño con el altavoz puesto.
—Necesito noticias sobre tu cita de ayer.
—Está bien—digo cepillando mi pelo—. Ven y date prisa.
—Nos vemos—responde colgando.
Salgo del cuarto de baño con una cola de caballo hecha mientras busco qué vestir.
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Tomo el pinta-uñas mientras espero a que Kelli llegue para hablar de nuestras citas con los hermanos Erin que, sin darnos cuenta, nos provocan suspiros interminables en el día.
N/A:
Mátenme si quieren, están en su derecho. Lo siento mucho por no actualizar. Mi otra novela me ha tenido ocupada por la llegada de su segunda temporada. Pero aquí lo tenéis.
