Bad Boys

Capítulo 19: Suegra y nuera

Narra Tori

Los padres de Billy ríen al vernos y, de inmediato, me abrazan.

—Encantada de conocerte por fin en persona, querida—la madre de Billy me saluda—. Soy Karley.

—Encantada, Señora Unger.

—No me digas señora—bromea—. Me hace sentirme mayor.

—Yo soy William, hija—el padre de Billy se acerca—. Si me disculpas, me tengo que ir a un compromiso urgente.

—Hasta luego Señor Unger—le despido.

—Pasad a comer—Karley nos guía al comedor—. He preparado unos marisquitos como os gustan.

—¡Qué buena pinta tiene!—digo sentándome a la mesa.

—Y ya verás el sabor—dice Erin—. Mi madre es de las mejores cocineras.

—Lo sé—le respondo—. Recuerdo el fideuá del día del trabajo de literatura. Estaba buenísimo.

—Gracias, querida—agradece—. Pero no esperéis más y sentados a comer.

Billy se sienta junto a sumadre mientras, yo me siento enfrente. No puedo evitar observar la bonita escena que tengo delante sin sacarle una foto.

—Bruja—dice Billy al escuchar el capturador de mi teléfono.

—¡Con lo monos que os veis!—exclamo mientras abro mis redes sociales para subirla.

—Te recomiendo que la borres—amenaza.

—Tarde—le contesto bloqueando mi teléfono—. Ya está en las redes sociales.

—No has sido capaz—amenaza de nuevo haciendo el amago de levantarse.

—William, estamos a la mesa—su madre lo regaña y este bufa.

—Nos veremos después—pronuncia. No vuelve a hablar hasta que acabamos—. Mamá, le iré a enseñas mi habitación a Tori.

—Está bien—afirma—. Pero no hagan nada malo ni destruyan el cuarto.

—Está bien, mamá—dice tirando de mi brazo hasta un cuarto—. Aquí es—abre la puerta—¿Te gusta?

—Me encanta, Billy—exclamo entrando—. Es verdaderamente hermosa.

—Gracias ratita—dice causando un rojo intenso en mis mejillas—. No te sonrojes, mi amor. 

—Nadie me había llamado así antes Billy—le digo desde detrás de mis manos.

—Te ordeno que quites tus manos de la cara—habla apartando mis manos y dejando ver mi cara, ahora menos roja.

Caminamos por el cuarto. Él se sienta en la cama y yo miro las fotos de unos portaretratos que hay en el estante, encontrando una foto con Eric.

—¿Sabes que cuando erais pequeños erais adorables?

—Lo seguimos siendo, querida—me abraza por detrás—. Sino, no tendríamos una novias tan guapas como tú y Kelli.

—Ya sabía que era guapa—digo con cierto falso egocentrismo, sabiendo lo mucho que lo molesta.

—No me gusta que seas egocéntrica, mi amor—me da la vuelta haciendo que quedemos frente a frente.

—Pues a mi me encanta molestarte—digo besando sus labios.

—Ojalá no nos separemos nunca—piensa en alto mientras yo apoyo la cabeza en su pecho.

—Eso no va a pasar nunca.