Capítulo 43: Cuando no estás

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Narras vos:

Cuando no estás o me encuentro en otro lugar de mundo,
cuando no estás me equivoco cada medio segundo.
Cuando no estás la soledad me aconseja mal.

Me desperté a las seis de la mañana gracias a mi alarma, me estiré y la apagué. Sentía olor a perfume de hombre, sonreí al darme cuenta que tenía puesta la remera de Patricio, me la había puesto para dormir. Sí, hasta ese nivel de enamoramiento tengo. Me levanté, me cambié y desayuné algo rápido. Llegué al trabajo e hice toda la rutina de siempre. Estaba pendiente a mi celular por si Patricio llamaba, ya lo extrañaba y nos habíamos visto la noche anterior, hoy oficialmente comenzaba mi tortura.

Cuando no estás no se abre el paracaídas y salto igual,
y me pierdo en habitaciones vacías.
Cuando no estás, cuando no estás conmigo.

Por suerte jugar con Santino me entretenía bastante. Las horas pasaron  y por suerte, mi día laboral había terminado. Llegué a mi casa y me preparé de comer, mientras almorzaba miraba mi celular esperando noticias, pero nada, comencé a mirar algunas fotos que nos sacamos con él y sonreí prácticamente por inercia, en una de las imágenes estábamos abrazados haciendo muecas raras, era graciosa,  finalmente decidí ponerla como fondo de pantalla. Cansada de no estar haciendo nada con el celular, fui a bañarme para encontrarme con mi banda. Cuando llegué a nuestra sala de ensayo, solo estaban Rocío y Pablo.

Vos: Buenas tardes -sonreí entrando al lugar-

Pablo: Hola -sonrió besando mi mejilla-

Rocío: ¡Buenas! -exclamó la rubia- Que hermosa sonrisa tenés hoy... ¿Tuviste sexo ayer?

Vos: ¡ROCÍO! -exclamé riéndome- ¿El resto?

Rocío: Claro, cambiá de tema...-me molestaba-

Pablo: Están por llegar -contestó-

Nos sentamos en unos puff que teníamos ahí y empezamos a tomar mate mientras hablábamos de nuestras vidas. Rocío estaba contenta porque su hermana mayor le iba a dar su primer sobrino, nos contó cómo fue que se enteró de la gran noticia y la reacción de su familia, él que no estaba pasando por un buen momento era Pablo que se separó de su novia, lo peor era que ya habían alquilado un lugar para irse a vivir juntos, pero lamentablemente, la relación no prosperó. A la media hora llegaron Matías y Diego. Empezamos a tocar, tenía canciones nuevas que le empezamos a dar forma con el resto del grupo, me encantaba esta parte, requería su tiempo, pero era divertido. Este momento fue interrumpido por el sonido de mi celular, salí corriendo cual desesperada para agarrarlo, sabía que podía ser Pato, no me confundí, salí al patio y atendí para poder hablar más tranquila.

Vos: ¡Patito! -exclamé-

Pato: Hola -dijo su hermosa voz detrás del celular- Ya llegamos, estamos en el hotel.

Vos: ¡Que bueno! ¿Ya estás en tu habitación? -pregunté-

Pato: Sí, la habitación es grande -me la describía- tiene una cama matrimonial.

Vos: -interrumpí su relato-Mmm cama matrimonial... Si yo estaría ahí, le podríamos dar un buen uso -escuché su carcajada-

Pato: Ni me lo digas bombón -dijo con un tono de voz seductor-

Vos: No me hable así Sardelli -reímos juntos- ¿Qué vas a hacer ahora?

Pato: Dormir un rato -contestó- ¿Vos que estás haciendo?

Noches de abril (Pato y vos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora