Entraron en una concesionaria de automóviles en los suburbios de Rochester, que estaba cerrada pero muy iluminada. Sin duda para impedir que alguien hiciera exactamente lo que Ethan estaba planeando hacer.
-Pero si ya tenemos un auto -dijo Kerry sintiéndose miserable-. ¿Para qué necesitamos otro?
-No quiero que nadie vea éste en los alrededores del pantano de Bergen.
Lo peor era saber que tenía razón. En cada ocasión tomaba las decisiones correctas, y en cada ocasión la arrastraban más y más por el mal camino. ¿Qué diría su papá si supiera en qué estaba metida? La había obligado a llevar a la oficina de seguridad de la universidad un anillo que había encontrado en la pista de correr: a tal punto era honrado. ¿Cómo reaccionaría al saber que había robado un auto? No me importaría averiguarlo, suplicó. Estaba dispuesta a enfrentarse a cualquier cosa con tal de saber que hallaría a papá y a Ian con vida.
Ethan la obligó a salir frente a la enorme puerta marcada DEPTO. DE SERVICIOS.
-Deberías apagar las luces, ¿no crees? -sugirió-. Para no ser tan evidentes.
-Quiero ser evidente. Ven, apóyate sobre la tapa del motor y haz como si estuvieses llenando esto. -Y le pasó un cuestionario que había tomado de una caja colocada junto a la puerta.
-¿Qué estamos haciendo? -preguntó cuándo él sacó de debajo del asiento del conductor un paquete envuelto en una franela, como del tamaño de un sobre pero un poco más grande-. ¿Y qué es eso?
-Éstas son unas ganzúas de varios tamaños. Y lo que estamos haciendo es recurrir al servicio nocturno de entrega, en caso de que la policía pase por aquí.
Kerry se inclinó sobre la tapa del motor y miró la hoja impresa con el cuestionario. Ethan revisaba los autos estacionados.
-¿Si estos autos no funcionan y necesitan arreglo –preguntó- cómo sabremos que no se le caerá el motor por el camino al que nos llevemos?
-Bueno, claro que no podemos estar seguros –replicó Ethan al tiempo que se acuclillaba al lado de un Shadow azul, para manipular la cerradura-, aunque me parece que el fabricante generalmente prefiere el término "dar mantenimiento" que "arreglar". Y creo que técnicamente uno nunca se refiere a un auto como "que no funciona".
-Como se diga –gruño Kerry.
Ethan abrió la puerta y dijo con voz amortiguada cuando metió la cabeza para ver cómo estaba la dirección y los mandos del auto.
-En este caso en particular el auto tiene apenas un poco más de dos mil kilómetros, así que debe funcionar perfectamente; está aquí para el servicio de garantía de los dos mil kilómetros. Y, como beneficio adicional sin costo, es azul.
-No me digas que el azul es tu color preferido –el Skylark también era azul, aunque más oscuro.
-El azul es un color indescriptiblemente maravilloso para un automóvil –dijo Ethan-. Nadie se fija en un auto azul.- El motor del Shadow cobró vida con un ruido sordo.
-Qué truco tan práctico –dijo Kerry-. ¿Dónde aprendiste tanto de autos?
-¡Ah! es algo que nos enseñan en la escuela de vampiros- Antes de que Kerry pudiera contestar algo, Ethan guardó en su bolsillo las herramientas para robo y allanamiento y ordenó:-. Entra.
Mientras tanto él apagó las luces del Skylark y trasladó el cuerpo de Regina envuelto en el edredón al asiento trasero del Shadow. También llevaba el abrigo de ante que estaba en el auto de Regina, que probablemente tomó mientras Kerry estaba ocupada prendiendo fuego a su casa.
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Compañeros de la noche
Teen FictionA escondidas de su padre, Kerry sale a medianoche a recuperar el oso de peluche que su hermanito olvidó en una lavandería, sin imaginar la escalofriante sucesión de acontecimientos que la marcarán de por vida a lo largo de esa terrible noche.