-Capitulo 33.❤️

42 4 0
                                    

Se sentía tan...tan...tan inexplicable esta sensación que sentía ahora mismo que no sé qué hacer, saltar, bailar, correr nada me quitaba la felicidad que sentía ahora mismo. Poder recordar toda mi vida, mis amigos, mi familia, todo.
Después de ver una película todos juntos cada uno se fue marchando a su casa excepto Alexa que se quedara a dormir en mi casa en lo que alquila un apartamento aquí en la ciudad, si vino a vivir aquí. Pero también quedaba Mathias y los tres estamos sentándose en el sofá lleno palomitas de maíz.

-Coral, tengo que hablarte.-Dijo mirándome y mirando de reojo a Alexa y al ver que no entendía decidió hablar.-A solas.

-No... Digo si, yo.. Ya me iba.-Dijo a Alexa parándose y dirigiéndose a mi habitación dándole un portazo.

-¿Se enojo?-Preguntó Mathias frunciendo el ceño.

-No, no.

-Menos mal. Me voy a otro país Coraline.

-¿Qué?-Digo paralizada.

-Si, me dieron una beca en la más prestigiosa secundaria y universidad de Londres. Pero podemos vernos por skype y charlar.

-Siempre he tenido la duda que tengo ahora mismo. Las personas más especiales son las que más rápido de tu vida desaparecen. Pero tienes razón, es por tu bien y quiero que estés bien.-Dijo con los ojos como dos Cristales.-¿Cuándo te vas?

-Mañana mismo.-Eso acabó de destrozarme y mis ojos no aguantaron todo el peso de llevar tanta agua acumulada.
El vino hacia mí y me abrazo.

-Bueno, supongo que tienes que ir a preparar y eso, ha sido una pasada conocerte y siempre te recordaré porque a pesar del poco tiempo que tengo conociéndote has tomado una pequeña parte de mi corazón y...

Me quede pensativa un rato, quizás Mathias me llego a gustar tan solo un poco. Pero no tan profundamente, más bien, era como un taladro hermoso penetrando mi corazón pero no llegó, y doy gracias por eso pero, hay algo que quiero hacer.

-Mathias tu...me llegaste a gustar una pequeña porción así.-Dije mostrando el poco que era con los dedos y él sonrió y me abrazo.

-Tu me gustaste desde que te vi y no creas que es por tu físico porque aunque eres perfecta me enamore de cada porción de tus sentimientos, al verte sentí que eras tan sensible que quería llegar y ponerte una armadura para que nadie se atreva a lastimarte.

Al decir esto, mis mejillas tomaron un color rojizo porque lo podía notar por el espejo de en frente y tape mi cara con mis manos tratando de esconderme.

-No quiero que te vayas.-Dije abrazándolo fuerte.

-Yo tampoco quisiera. Pero te prometo volver en cuanto termine ¿Bien?

-Bien.-Dije encaminándolo hasta la puerta.

-Dame una sonrisa y cierra los ojos.-Dijo y aunque me costó reír hice lo que mando. Sentí como abrochaba una cadena a mi cuello.-Todavía no lo abras.

A continuación sentí un beso en los labios, un cálido y suave beso.
¡Señoras y señores los besos de Mathias crean una adición y creo que se ha convertido en la mía! Me sentía volando en el aire, como en las películas. Correspondí el beso y se hizo largo y cada uno pedía más y no quería despegarme jamás pero lo hice lamentablemente porque otra cara me pareció ver, Ian.

-Lo siento pero no me podía ir sin eso.-Dijo disculpándose y sus mejillas estaban encendidas, se veía tan mono.

-Bueno, hasta luego supongo.-Dije dando una sonrisa fingida.

-Hasta pronto, Coraline.-Dijo y me dio el último abrazo y tomo un taxi.

Cerré la puerta y subí a mi habitación donde estaba Alexa recogiendo sus cosas, pensé que iba a durar una semana aquí o así dijo.

A pesar de todo, ella es una dama.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora