-Capitulo 8.❤️

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Max Mathews. (Hermano de Stancy.) en multimedia.

La molesta alarma me despertó anunciando en ese entonces que eran las 10:00am. Al abrir los ojos vi la puerta de mi habitación abierta, no recuerdo haberla dejado así, esto es muy raro mi madre nunca entra así por así.

Me puse de pie y en pijama baje silenciosamente al primer piso, allí estaba mi madre y una mujer conversando, me fui asomando hasta que, puf caí al suelo, la atención era para mí y solo sonreí y levante los hombros, aquella mujer era la madre de Ian.

-Buenos días Coraline.-Dijo mi madre con su dulce mirada.

-Buenos días cariño.-Dijo la madre de Ian.

Salude con la mano y a la vez sonriendo, ya que sería de mala educación hablar sin antes lavarme los dientes, subí arriba para cumplir con mi rutina, excepto la secundaria porque hoy era sábado. Después de salir del baño y cambiarme decidí salir afuera un rato, llevaba el dinero suficiente para entrar a la cafetería.

Unas cuantas calles antes del café, alcance a ver al hermano de Stancy, el volteo y me pudo ver.

-Hey Coraline, ¿Qué tal?-Dijo dando un tierno y corto abrazo.

-Todo bien, ¿y tú?-Dije entrando mis manos en el jeans negro que llevaba.

-Muy bien. ¡Tienes la camiseta de Nirvana!-Dijo adelantándose para verme.

-Hmm, si me la regaló mi mejor amiga, Teresa.-Dije sonriendo alto.

-Demasiado cool igual que tus botines, te admiro. ¿A dónde ibas?

-Gracias max, iba al café ¿te animas?-Dije parándome a esperar su respuesta.

-Sip, pero.. Yo invito.-Dijo dejando ver su blanca y perfecta dentadura.

-Como desees Max.-Dije dando una carcajada, este chico era increíble al igual que Ian.

(...)

Durante el camino Max me contó sus preferencias pero ya habíamos llegado, y aquí estamos sentados en una mesa del café con Max leyendo el menú.

-Hmm, elige tu.-Dijo rascando la nuca.

Me lleve atrás de la oreja un mechón de pelo.

-Yo solo quiero un croassant y un café simple.

-Yo igual.-Dijo poniéndose de pie para ir a donde la mesera.

-¿Y qué te gusta hacer?

-No tengo amigos solo tú, Teresa e Ian.-Dije poniendo las manos sobre la mesa.

-Aquí tienen señoritos.-Dijo la mesera poniendo los desayunos.

-Gracias.-Dijimos al unísono.

-¿Eres novia de Ian no?-Dijo bebiendo un sorbo del caliente café, en eso parece que se ha quemado y da un pequeño salto, me río con la mano delante de mi boca.

-No, pero...-Interrumpió mis palabras.

-Te gusta.-Dijo tomando el sorbete que se le había olvidado destapar.

-Si, me gusta mucho.-Dije comiendo un croissant sin ánimo.

-Bueno la vida es cruel, nunca he tenido novia.-Dijo escondiendo su cara.

-Yo tampoco ¿Cómo es posible que un chico tan, lindo no haya tenido novia?

Río silenciosamente.

-¿Por qué no estabas en la secundaria antes y tú hermanastra si?

-Porque no vivo con ella, me fui de casa y mi padre me dejó, le importaba más la madre de Stancy que yo, es igual que Stancy la madre.

-¿Vives solo?

-Si.-Dijo limpiando sus labios, tenía unos ojos preciosos.

-Cierra los ojos.-Le dije divertida.

-¿Qué pretendes?-Dijo con una sonrisa divertida.

-No me gusta que tengas unos ojos preciosos y yo no.-Dije cruzando de brazos.

-Los tuyos también son hermosos.-Dijo tocando mi hombro.

-No es cierto.-le di un empujón parándome, el río.

Nos fuimos al mostrador a pagar.

Después de unos segundos sonó la campana, anunciando que alguien había entrado. Llamo mi atención y voltee ¡esperen! ¿Stancy e Ian?

-Lo siento, me voy Max hablamos luego.-Dije abrazándolo y saliendo, hechando a un lado para que ellos entrarán. Venían riendo muy felices, ¿Cómo pudo? Después de besarme entonces me cambia.

-Coral ¡Espera!-Dijo Ian saliendo y tomándome del brazo.

-¿Qué espero, a que la beses y salgan de luna de miel? Eso lo esperare porque estoy segura de que pasara.-Pude notar a Stancy con un sonrisa heroica, me solté y pare el primer taxi que pasó.

Me quiero morir, no importa nada ya, te usan para después irse con otra genial, pensé que todo el dolor había acabado pero no.

Al llegar la madre de Ian todavía estaba ahi, pero ignore y con mis millones de lagrimas en los ojos subí y me encerré en mi habitación.

No quería hablar con nadie, mucho menos con mis pensamientos porque por mucho que le diera vueltas, el resultado de los pensamientos no serían buenos.

Escuché que tocaron la puerta, tocaron y tocaron pero lo ignore por completo, hasta que me quede dormida.

(...)(...)(...)(...)

Me desperté con el sonido de mi celular, lo tome y con los ojos achicados lo mire, había parado de sonar, eran las 4:56 de la madrugada ¿A quién se le ocurre llamar a esa hora?  Entre la llamadas busque y quién podría ser, Ian. Lo deje abajo de la almohada y trate de seguir durmiendo, pero no enseguida sonó otra vez, esta vez respondí.

-¿Qué quieres?-Dije entre adormilada

-¿Mi madre está allá? Y tenemos que hablar sobre lo que pasó.

-Tu madre está aquí, y de lo otro no tenemos nada que hablar, chao.

Colgué y seguí durmiendo.

A pesar de todo, ella es una dama.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora