-Capitulo 30.

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Me sentí una vez más, no podría decir despertar porque no podía abrir los ojos así que me pude sentir al fin, sentía de vuelta mi cuerpo pero un peso inmenso y un dolor también se adueñaba de el, supongo que era la anestesia.

-¿Cómo sigue la paciente de esta sala doctor?-Preguntó una voz masculina,  supongo que era un doctor.

-Su situación sigue siendo crítica, no da señales de que esta viva, se ve que su corazón late pero creo que se debe a las máquinas. La señora dice que la sintió pero no es muy fácil de creer ya que está en una situación muy crítica. La última vez que vino alguien como ella, murió y era al segundo porque no todo el mundo es capaz de aguantar esta situación, si no responde en 72 horas tendremos que desconectarla.

Sentí que todo se me estremeció y que mi corazón paraba de latir, lagrimas salían con dificultad y sentía que estaba agonizando, me di cuenta porque los el sonido de la máquina se hizo más fuerte y frecuente, como las personas que ya no van a vivir y así creo que fue cuando ya no sentía mi cuerpo.

-¡Busquen el aparato! ¡Rápido, se nos va!

-3..2..1, conéctenlo.

-¡Vamos usted puede, por favor!

Creía que era así pero no, una presión fuerte más bien una tensión de corriente recorrió todo mi pecho, mientras esté daba grandes saltos, me estaban devolviendo a la vida. Sentía mucho dolor, mis ojos se abrieron de sorpresa estas vez como platos, era muy fuerte lo que me hacían.

Pude ver a mi madre llorando a través del cristal, estaba desesperada.

-Abrió los ojos señor, ha vuelto.

-Conéctenla como estaba, y déjenla descansar, lo necesita.  Pero antes Traigan las medicinas que necesitan y dénselas por los mejores métodos.

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No sé cuántas horas habían pasado, pero si se el dolor que sentía.
Por lo menos podía abrir los ojos.
La puerta por quinta vez se abrió pero esta vez no eran doctores eran
Alexa y Mathias, no lo puedo creer.

-Coraline.-Musitó Mathias y vino a abrazarme ligeramente ya que estaba "Muy delicada".

-Coral.-Dijo Alexa tapándose la boca y dejando escapar algunas lágrimas de sus frágiles ojos y sentándose a mi lado para tomar de mis manos.

Mi cabeza estaba vendada, mis manos, mis pies, simplemente todo.

-No creo que sea bueno que llores delante de ella.-Musitó Mathias lo suficientemente alto para poder escucharlo.-Coraline, lo siento mucho yo..no sé qué hacer, pero si pudiera pagar lo que fuera para que estuvieses bien lo haría, pero eso depende de los doctores. A todos nos mata verte así, fue un verdadero escándalo para que nos dejaran entrar, de veras pero aquí estamos. Te quiero y siempre lo haré, eres buena con todos y nos amas al igual que nosotros a ti.

Solo podía mirarlo sin alguna expresión, pero quisiera que fuera diferente.

-Ya vengo, cuídala. Iré por unas medicinas que ordenaron comprar y su madre fue por más ropa.

Salió dejándonos a Alexa y a mí solas.

-Bueno, yo..ni me salen las..palabras por-que yo, estoy mal.-Sus ojos no aguantaron más, sé que evitaba llorar pero no podía.-Lo siento, de veras no quiero llorar, pero..te quiero demasiado para ahora verte así. Cuando me dijeron de tu situación yo..no lo soportaba, nadie lo soportaba, me tire a llorar y no sabia que hacer en verdad, si tú no te recuperas no lo soportaría, en verdad.-Trato de secarse las lágrimas.-Pero sé que te recuperaras, descuida. Max es el que ha pagado todo, cobraron un una fortuna y tú madre no podía, pero para el fue un honor. Y todos hemos aportado para las medicinas. Bueno, hablaremos más tarde hay más personas que quieren entrar.-Dicho esto beso mi cicatriz de la mejilla sin importar.-Eres hermosa de todas formas.

Se marchó.
Luego de un rato entro Ian y este tenía los ojos muy hinchados, como si hubiera llorado. Me odio, me odio porque no quiero que todos sufran por mi, no tienen que sufrir por mi.

-Estrella.-Dijo mordiéndose el labio inferior para aguantar los sollozos, era lo mejor que podía hacer.

Su voz sonaba muy desgastada igual que la de Mathias, la de todos.

-Coraline por favor. Debí acompañarte, tenía que acompañarte. Te amo y no me cansare de decírtelo, me dolió perderte, eso fue lo más doloroso de mi vida y lo sabes. Quisiera devolver el tiempo y corregir lo que hice mal, pero lo reconozco y bien no hablemos o hablare de esto ahora. Lo único que importa es tu salud. Max iba a entrar pero tuvo que ir a pagar las inyecciones.

Max no sabe cuánto le agradezco, no tenía porque.
Tenía sueño y mis ojos se estaban cerrando sin querer, y se cerraron completamente.

-Descansa, te veo luego.

El dolor me desgarraba hasta dormida.

¿Y cómo sigue?-Dijo una voz femenina, muy reconocida.

-La traje aquí para darle una muy buena noticia. Se han descartado las posibilidades de que si sobreviva quede en estado vegetal, pero sigue en coma y en estado muy crítico del cual no le aseguro..

-No me diga más por favor, lo bueno es que mi niña no quedará vegetal.-Abrí los ojos y en frente mío estaba una mujer de pelo moreno y largo con ojos azules marinos.

-Abriste los ojos hija.-Dijo feliz la mujer la cual no había visto antes.-Dios que alegre estoy.-Dijo tapando su boca.

Estaba muy confundida ¿Por qué me llamaba hija, no recuerdo quién es o tal vez no la he visto. La mujer puso su mano sobre la mía y yo como pude me zafe ligeramente, no la conocía.

-¿Qué pasa Coraline? Tranquila. Cuando vine a verte ayer me diste la mano ¿Por qué la quitas?-Dijo frunciendo el ceño.

Cerré los ojos, no sabía de lo que hablaba. Lo mejor será que me quede dormida, es la única manera que el dolor se hace más leve. Escuche la puerta, seguro ella salió pero alguien nuevamente entro y no podía creer lo que vi.

Era Robert, el de nuevo.

-Nos vemos de nuevo.-Dijo con voz sarcástica, quería que esto fuera un sueño, cerré los ojos.-Lastima que no lo es. Me fallo tu muerte pero esta vez nadie te puede salvar.

¿Acaso podía leerme?

-Si puedo ¿Cómo te digo? Tengo un tipo de ritual maligno, pero tengo mis razones.-Se sentó en la camilla con un movimiento brusco.-¿Te cuento la historia?

No. Pensé.

-Esta bien ahora comienzo. Qué raro que tú madre no te ha contado bebe. Cuando era ¿Cómo decirte? La juventud más o menos, era pareja de tu hermosa madre duramos cinco años en relación. Pero cuando nos íbamos a casar me traicionó, estábamos a punto de casarnos por la iglesia y ¿adivina que?  Vino su otra pareja, si la otra porque era una perra. Y resulta que tú madre estaba embarazada de ti, pero el hijo no era mío. Era de otro y yo le di todo, nunca le faltó nada, la ame como ella te ama a ti pero mira, resultó ser una bandolera. Desde ese día prometí tomar la mejor decisión darle donde más le duele, su hija.

Todos los amores primeros, son pasajeros. El pasado no importa, y ni siquiera recuerdo quién es mi madre.

-Lo siento.-Dicho esto sonrío y se paró al lado de la máquina tomando los cables justo a desconectarlo.-Adiós Coraline.
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A pesar de todo, ella es una dama.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora