Londres, Inglaterra 1960.
Richard Valencia, líder del Cártel Valencia, en ese entonces, el más importante en Londres.
Un hombre bastante poderoso, hablando en términos económicos y sociales dentro del mundo en el que se desenvolvía. Reconocido por su ardua labor en el mantenimiento y crecimiento del narcotráfico en Londres y toda Europa. Este hombre de casi cincuenta y siete años, tenía un hijo un heredero, Robin Valencia.
El joven de dieciocho años se dedicaba a despilfarrar el dinero que su padre le otorgaba mes con mes, entre mujeres, alcohol, autos y ropa, sus mesadas se iban como el agua. Así pasaron los años para el, en el desperdicio total, estaba completamente seguro que no tenia que esforzarse para que su padre le heredara el legado.
Sin embargo, esos no eran los planes que tenía Richard para su primogénito. Él necesitaba un heredero, sí, pero también quería nietos, muchos nietos, principalmente, un varón. Así que una condición para dejarlo al frente de la organización era esa, una esposa, y al menos un varón, para que en su tiempo, el poderío que fueran formando con el pasar de los años, se mantuvieran en familia.
La noticia no le cayó muy bien al próximo heredero, pero no tuvo más remedio que aceptar, porque de lo contrario, su sueño de ser líder se vendría abajo y por supuesto no podía permitir que alguien más ocupara el puesto que desde siempre ha sido suyo.
Por un par de años, la tarea se volvió demasiado difícil, pues terminaba mandando al carajo todos aquellos prospectos que incluso su padre puso en su camino, hasta que en un buen día en el jardín del colegio se topo con Anne Cox.
Anne Cox, una mujer hermosa, con una carisma inigualable, de complexión mediana, cabello largo y obscuro, la mujer más soñadora y enamoradiza que haya conocido alguien, ojos grandes, la mujer perfecta para el plan de Robin Valencia; bonita, ingenua, noble... ¿Qué mas podía pedir?
Se encargó de mover cartas para que Anne fuera una mera casualidad.
Se cruzaba en su camino, le coqueteaba, le mandaba detalles anónimos completamente seguro que al verlos, Anne pensaría al instante en él, y para fortuna o desdicha de aquella preciosa mujer, se enamoró perdidamente de Richard Valencia, tuvieron un noviazgo de un año y después contrajeron nupcias, Anne pronunció aquel "Sí acepto" con una sonrisa resplandeciente, sin saber que con el paso de los años se iría borrando, dejando a su paso, el par de dolores más grandes de su vida.
Y el día después de la boda, llegó.
El día en que de verdad, todo comenzó.
El hombre estaba completamente cambiado, era otro, pues ya no le decía a Anne que la amaba, que la quería, ni siquiera quiso dormir con ella, a pesar de tener una vida como reina, en una casa lujosa y dinero a su disposición, Anne se sentía sola, vacía, pero con un profundo amor hacia Robin.
Dos años pasaron, su suegro murió y todo en su casa empeoro, pero Anne sentia un amor tan real e incondicional hacia su esposo, que justificaba la ausencia de este con que tenia mucho trabajo, trabajo y más trabajo. Esta por demás decir que nunca, nunca habían tenido intimidad y eso le frustraba, no comprendía por que el rechazo de su esposo. Diario eran peleas, peleas y peleas, lo único que ella quería era una respuesta lógica a todas sus preguntas.
Hasta que... Anne completamente desesperada por la atención de su esposo, supuso que seducirlo sería la mejor opción.
Llenó su departamento de rosas, velas aromáticas, y esas cosas románticas que todo mundo sueña con tener. Su plan salió a la perfección, cuando Robin llegó del "trabajo" el cuál Anne ni enterada de que era, hicieron ¿El amor? y fue la noche más feliz de su vida, se sintió completa, satisfecha, no había mejor dicha que estar en los brazos del hombre de su vida, después de tanto tiempo.
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Dangerous Criminal Love •LarryStylinson•
Hayran Kurgu"La brújula no dejaría al barco navegar solo en el océano. La cuerda no soltaría al ancla a su suerte en el mar" El amor puede traer felicidad a tu vida, pero también tristeza, te enseña a amar y a ser amado. Se tiene que pasar por muchos obstáculos...