Capitulo 27: Tienes que dejar de pelear.

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Narra Clea:

Me levanté al oir unos golpes fuertes en mi puerta.

-¡Adelante! -grité y la puerta de mi habitación se abrió.

-Hola princesa -susurró Jay y se sentó en mi cama.

-Hola -dije mirando el techo de mi habitación.

-Dijo tu padre que has estado un poco deprimida últimamente.

-Un poco, supongo.

-¿Qué te hizo el idiota ese? -preguntó y yo lo miré sorprendida.

Era increíble la manera en que solo él podía entenderme sin palabras.

Le conté todo y oyó sin discutir, como siempre lo hacía.

-Él solo se acercó a mí por esa estúpida apuesta y yo me enamoré como una idiota -tapé mi cara y ahogué un grito.

-¿Y cómo estás segura que él no siente lo mismo por tí? Digo, la otra vez que lo vi todo se veía tan real. La manera en la que hablaba de tí, cómo te miraba.

-No lo sé Jay, de todos modos me mintió.

-Pero quizá tenía miedo de que lo odiaras por eso y te alejaras de él, justo como estás haciendo ahora.

-Si le importara un poco, él habría llamado y no desaparecido toda la jodida semana.

-¿Por qué no lo escuchas antes de sacar conclusiones? Podrías sorprenderte y estar increíblemente equivocada- Dijo quitando la almohada de mi cara para verme y yo negué.

-Debí imaginarlo, esto nunca fue real.

Él no contestó inmediatamente.

-Averigualo, y deja de tenerle miedo a la felicidad- Fue todo lo que dijo y luego de un beso en mi frente se fue.

******

Llegué temprano a la clase de Eliane. Ella se encontraba con la mirada perdida y pude ver que estaba a punto de llorar.

-Hola Eliane, ¿te sientes bien? -pregunté sentándome frente a ella.

Al verme se sobresaltó e intentó forzar una sonrisa, que rápidamente se desvaneció.

-No mucho Clea. Son días tristes para mi familia -murmuró como si intentara que nadie la oyera.

-Oh, siento oír eso -dije mirando mis manos mientras entrelazaba mis dedos.

-Para él las cosas son aún peor de dolorosas. No lo culpes por eso -contestó sin mirarme y me quedé congelada sin saber qué decir.

-No puedo juzgarlo si ni siquiera confía en mí Eliane.

Ella levantó la vista por primera vez y pude ver una lágrima caer por su mejilla.

-Sí que lo hace, creéme que nunca lo vi así. Le importas demasiado -dijo con un intento de sonrisa y tomó mi mano. -Y pensé que él podía recuperar su sonrisa cuando te conoció, pero su pasado siempre aparece para encargarse de arruinar todo.

-Supongo que sufrió mucho -dije y ella se limitó a asentir -Pero no creo que yo sea para él todo lo que dices.

-Lo eres. Por eso es que necesito que me ayudes. No dejes que lo arruine todo -dijo con una mirada de súplica.

Intenté decir que no o siquiera negar pero no pude, porque el resto de la clase llegó.

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