(0) ¿Quién necesita brazos para jugar?

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SoulTale
Ranunculus eschscholtzii

La historia de un príncipe convertido en flor viviendo en la superficie 」


Capítulo II
¿Quién necesita brazos para jugar?

Era una mañana bastante tranquila, el sol brillaba bastante y a pesar de ser verano el clima estaba perfecto, ni demasiado calor ni demasiado frío, estaba en su punto. Incluso los pájaros cantaban alegres, era sorprendente ver que la superficie tenía tantas cosas buenas para ofrecer, o al menos en ese lado de la vecindad.

Todo era tan bueno que hacía que Flowey se sintiera patético. Frisk le había explicado que en cuanto pudo lo metió en una maceta (la condenada maceta donde estaba en ese preciso momento) y lo llevó a casa, así de sencillo y él no había hecho ningún esfuerzo por quedarse en Underground.

Ahora miraba el cielo y ciertamente, era más brillante y bello que como se veía desde el gran cráter del monte Ebott. Tantas cosas buenas...

Lo enfermaban.

Unos pasos apresurados llegaron hasta él, estaba tomando el sol desde la habitación de Frisk, justo al lado de la ventana, entonces fue cuando le vio llegar sonriente como siempre, informándole que había terminado de ayudar a Toriel con el aseo del hogar y que ya no tendría que quedarse sólo.

—Aww, ¿intentaste terminar antes por mí? —Preguntó Flowey con halago fingido, Frisk asintió entusiasta, Flowey sonrió aún más— ¡Eso es adorable! Ahora que ya terminaste ¿qué vamos a hacer? ¿Vamos a jugar? ¿A ver una película? ¿Comer una torta? ¿Dibujar? ¿Divertirnos? —Frisk dejó de sonreír al darse cuenta que Flowey estaba siendo sarcástico. La flor sonrió esta vez de forma más forzada— Porque claro, hay TAAAANTAS cosas por hacer aquí que muero de ganas de hacerlas todas justo contigo... —dejó de actuar y poniéndose serio miró por la ventana— sólo déjame en paz.

Frisk se acercó a Flowey con preocupación, se subió a su cama y se acercó a la ventana donde estaba la maceta con éste, entonces, se quedó mirándole fijamente.

—¿Por qué nunca me haces caso? —Preguntó Flowey irritado mirándolo de reojo con desaliento.

"Siempre me pides que me vaya" explicó con una mueca triste "no es bueno quedarse sólo"

—Pf, ¿y cómo sabes eso? A veces quedarse sólo y en paz es lo mejor para alguien —dijo encarándolo.

"No quiero dejarte sólo"

—Ugh, olvídalo, es como hablar con una pared —dijo Flowey rondando los ojos.

Frisk tomó la maceta y lo retiró de la ventana, saliendo con él de la habitación.

—¿A dónde me llevas ahora? —Preguntó frunciendo el ceño. Frisk de limitó a señalar el patio delantero de la casa.

Había pasado una semana desde que Flowey había recuperado el conocimiento, sin embargo, el humor de la flor parecía haber empeorado. Alphys había recomendado que lo dejaran todo el tiempo posible al sol, cuidar el abono, regarlo con frecuencia, todo para que recuperara todas las proteínas perdidas durante su depresión, aseguró que vendría de vez en cuando a hacer chequeos y demás, pero el hecho de que Flowey no tuviese muchos ánimos de vivir no hacía que los esfuerzos de Alphys tuviesen muchos frutos.

Flowey no tenía deseos de continuar con vida, o al menos eso aparentaba, parecía odiar a todo el mundo, a Toriel, Alphys, Frisk, el perro del vecino y el cartero al que sólo vio una vez pero decidió que lo mordería si lo veía nuevamente.

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