Soultale

(4) Mi amigo invisible

SoulTale
Jasminum Officinale

「La historia de un fantasma」

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Capítulo XXI
Mi amigo invisible
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Silencio, Flowey conocía ese silencio, era ese adorable silencio de las personas procesando una información muy complicada, como si creyeran que todo se trataba de una broma y no de un mensaje de alerta roja muy peligrosa.

—No estás bromeando, ¿no es así? —preguntó el rey de los monstruos, diciendo por fin lo que los otros dos no habían podido.

—si quieres puedo contar un mejor chiste —ofreció Sans, pero Asgore negó con la cabeza.

En el sótano de Undyne y Alphys se encontraban las dueñas del hogar, Sans, Flowey, Asgore y Mettaton; Undyne, Asgore y Mettaton estaban en silencio después de escuchar a Sans ponerles al corriente de la situación.

¿Por qué? El plan inicial había sido buscar a las almas por su cuenta y proteger a Frisk entre todos, pero hubo un cambio de planes, ese cambio de planes ocurrió cuando se dieron cuenta que las almas humanas habían vuelto a estar dentro de los humanos, eso lo complicaba todo, ahora no sólo había que cuidar de Frisk, había que cuidar de Kouhei Iusti y de quién sabe qué otros humanos que se aparecieran con las almas.

Alphys estaba nerviosa esperando que dijeran algo, aunque no les habían mentido (y se habían ahorrado el detalle de que habían estado trabajando en la búsqueda de almas por unos cuantos meses) se sentía como la vez en la que les habló a todos sobre lo que había hecho, el miedo a la rabia y el alivio de haberlo soltado todo.

—¿Por qué Toriel no está aquí? —preguntó Undyne después de un rato.

—No hagas preguntas ridículas, cariño, es obvio que si la señora Toriel se enterara de esto estaría escandalizada —dijo Mettaton como si fuera lo más obvio del mundo.

—has dado en el tornillo —asintió Sans, ganándose una mirada de disgusto por parte de Flowey—. no queremos poner a tori como una cabra.

—Disculpa que difiera, Sans —interrumpió Asgore con preocupación—, pero creo que es justo que Toriel lo sepa, puede que sea duro, pero es su madre...

—¿y cuál cree que será el resultado de que se entere, majestad? todavía no sabemos cómo tratar el tema de las almas, ella está pendiente de Frisk, pero no podemos darle más cargas.

Sans sabía lo que decía y Asgore lo sabía, Toriel tenía un profundo vínculo con los niños dueños de las almas y saber que no se habían ido en paz (como todos habían pensado) solamente le traería un amargo recuerdo y más estrés a su diario vivir. Asgore también estaba ocupado y también tenía un tenso pasado con las almas, pero justamente por eso lo habían llamado.

—¿Y Papyrus? —preguntó Undyne nuevamente mirando a Sans con el ceño fruncido.

—no quiero meter a paps en estos asuntos —dijo sinceramente encogiéndose de brazos—, no sabe ni siquiera que las almas humanas eran de niños muertos.

—¿Qué? No te creo... —preguntó Undyne perpleja, Asgore hizo una pequeña mueca ante las insensibles palabras de Sans, pero no se quejó— No, espera, es Papyrus, te creo, ¿pero qué pensaba entonces?

—que las habían regalado y se habían ido a casa —respondió Sans sencillamente.

Por alguna razón, todos podían imaginarse a Sans diciéndole esa colosal mentira a su hermano y él creyéndosela enteramente.