Soultale

(3) Alma amarilla

SoulTale
Tussilago Fárfara

「La historia del honesto chico al que todos odiaban」

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Capítulo XVII
Alma amarilla
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Kouhei no sabía qué estaba ocurriendo, desde que la bestia le había lanzado al suelo y se había posicionado encima suyo no había podido pensar con claridad, su vista se había nublado y había empezado a gritar pidiendo ayuda. Llamó a su madre, llamó a su hermana, balbuceó el nombre de su hermano. Pero nadie vino.

Solamente fue cuando el oso se levantó que pudo orientarse. Todo a su alrededor estaba teñido de negro y justo frente a sus ojos había un corazón de color amarillo brillante, el más brillante y puro amarillo que había visto en su vida, era bonito, pero aterrador. Kouhei había escuchado en clase que el alma humana y la forma de corazón y que aparecía cuando el humano entraba en una pelea.

Ahora estaba en una pelea y no sabía luchar, no conocía la mecánica, no sabía qué estaba pasando y todo empezó a darle vueltas.

Hasta que sintió como si algo se le acercara, mirando al frente de encontró con que la enorme bestia se le iba a lanzar de nuevo encima, pero esta vez con claras intenciones de comérselo.

De nuevo esa sensación se apoderó de él y se quedó paralizado, no sabía por qué le temblaban las rodillas ni por qué sentía que se iba a desmayar en cualquier momento. Simplemente fue testigo de cómo el enorme monstruo era agarrado por unas raíces que salieron de la nada.

Volvió al mundo, por fin se acordó de que estaba en el bosque, que Frisk está a unos pasos y que Flowey... ¿Flowey donde estaba?

—¡¿Acaso tengo que hacerlo todo yo?! ¡Idiota! ¡Ataca o huye pero no te quedes ahí parado!

Volteó a ver con sorpresa, encontrándose con Flowey enterrado en la tierra con una expresión de estar haciendo un gran esfuerzo, a su lado, la maceta se había caído dejando toda la tierra que contenía desparramada. ¿Flowey había salido de la maceta? Si así era entonces esas raíces debían ser suyas...

Pero no era tiempo para eso, Frisk ahora corría en su dirección y eso bastó para imitarle y correr fuera del lugar. Pero cuando lo intentó se estrelló contra un muro invisible, lastimándose la nariz en el proceso.

—¡Oh, vamos! —se quejó Flowey, tanto por la idiotez de Kouhei como por la pelea que le estaba dando el monstruo—. ¡Usa el menú!

—¡¿Qué menú?! —gritó Kouhei mirando a todos lados sin entender, ¿acaso debía aparecer algo? ¿Cómo en un videojuego?

Frisk había llegado con él, intentó entrar pero el mismo muro que le había dejado su nariz de un feo color rojo de lo impidió.

"Busca un menú, debe decir [PIEDAD], úsalo para [*Huir]" explicó Frisk con afán, la angustia estaba marcada en todo su rostro.

Kouhei lo buscó, lo hizo mientras temblaba y sentía ganas de vomitar, pero no encontró nada y la fiera que gruñía a unos pasos suyos no ayudaba en nada. Él era cobarde, sí, pero su cobardía no llegaba al punto de hacerle perder la consciencia, era la presencia del monstruo lo que lo ponía tan nervioso.

Odiaba eso, sabía que debió quedarse en casa.

—¡No hay nada! ¡En serio! —Gritó al mismo tiempo que Flowey gruñía.

—¡¿Podrías apurarte?!

Kouhei vio a Frisk tratar de entrar con desesperación, golpeando el muro, Flowey seguía sosteniendo al monstruo y él estaba quieto buscando un menú cuyo aspecto desconocía. ¿Cómo había llegado a eso? ¿Lo que estaba pasando siquiera era real? Todo se veía tan ficticio que incluso le aterraba.