(3) La verdad, por favor

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SoulTale
Tussilago Fárfara

「La historia del honesto chico al que todos odiaban」

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Capítulo XIX
La verdad, por favor
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—No puedo creer que ya se terminara el proceso de convivencia de monstruos y humanos —dijo el niño gato con sorpresa.

—Yo no puedo creer que no haya conseguido abrazar a Llamita y ya se disolvieron los grupos —dijo Rose cruzándose de brazos con preocupación, como si aquello fuese realmente un problema.

—Ah... si ya se acabó el proceso, ¿por qué sigues aquí? —preguntó Kouhei mirándola con aburrimiento—. ¿No tienes amigos humanos con los que pasar el almuerzo?

—No —respondió directa y seriamente, parecía como si de verdad estuviese disgustada—. ¡Los niños humanos de mi salón son tan aburridos! A penas hay unos cinco adorables y abrazables monstruos, ¡pero huyen de mí! Si al menos los humanos fueran adorables como... no sé, Frisk, hasta me plantearía hablarles, ¿pero quién necesita niños humanos si tengo a Kidy y Llamita! —tenía sus manos juntas y su mirada brillaba, como si fuese feliz con el sólo hecho de pensar en ellos—. Además, tú también estás aquí y eres humano, ¿por qué yo no podría? ¿No es así, Cosita adorable?

—Eh... ¿yo soy "Cosita adorable"? —preguntó el niño gato rascándose con nerviosismo una mejilla.

—Sí, después de todo ni Fanny ni Señor Amargado lo son.

—Que me llamo Flowey, estúpida mocosa —murmuró Flowey quién había decidido mantenerse al margen de la charla por el momento.

Kouhei rodó los ojos mirando a otro lado aburrido, Rose podía ser irritante cuando quería, pero afortunadamente a él no le prestaba demasiada atención por no ser ni un monstruo ni tampoco adorable.

Mientras, al otro lado de la sala Frisk sostenía una bandeja con comida mirando a todos lados sin saber muy bien qué hacer, podía ir a la mesa donde estaba Flowey con los demás, pero el hecho de que hubiesen estado en el mismo equipo por un tiempo no significaba que fueran a compartir todos los días juntos como un grupo, además, tenía prohibido acercarse a Flowey demasiado para evitar problemas con los niños humanos.

—Eh... ¿qué hace Frisk ahí de pie? —preguntó Kouhei mirándole con confusión.

—Quizá no nos ha visto —pensó Monster Kid llegando junto con Feli y sentándose con ellos.

—¡Hey, idiota! ¡Ven aquí! —llamó Flowey con voz potente llamando la atención de todos—. ¡Ustedes no, idiotas, me refiero a Frisk!

Todos los niños miraron a Frisk que con una sonrisa nerviosa se acerca a la mesa, pero internamente se golpeaba la frente con la palma de la mano, se notaba que Flowey no leía el ambiente... o quizás sí lo hacía, pero no le importaba.

—Oye, Frisk, te veías sin rumbo allí —bromeó Monster Kid sonriendo.

—No parecía sin rumbo —corrigió Flowey aún con tono aburrido, pero con seriedad mirando a Frisk—. ¿Por qué dudabas en venir?

Frisk levantó las manos para excusarse, pero Feli interrumpió.

—Es normal, los humanos no deben verle con Flowey, irán con el chisme a la señora Toriel.

—¿Chisme? ¿Era por eso? —Preguntó Monster Kid con sorpresa.

—¡Ya sé! —exclamó Rose levantándose de su lugar—. ¡Si alguno de esos niños tontos intenta hacerte algo dímelo, lo mandaré a dormir con los peces! —y entonces chocó un puño contra su propia mano, más que lucir amenazante, parecía adorable, pero la intención contaba—. O los mando con Tamara, ¡es casi lo mismo, ella lo haría por mi!

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