Tras cenar me pidió que le leyera un cuento, algo poco habitual, para ser sinceros. Nuestro vigilante desapareció de la ventana, por lo que supuse que irían otra vez al templo, y quería aprovechar para investigar otros lugares, especialmente la casa de los Lynkwood, mientras estaban fuera.
Bueno, calculé que tendría unas 4 horas o más para ello, así que le concedí su deseo.
—¿Cual quieres esta noche?
—¡El cuento de los Tres Guardianes!
—Oh —me sorprendí—, ¿quieres saber más?
Asintió, ya metida en la cama.
—Yolanda me dijo que no había oído hablar de ese cuento, así que quiero contárselo mañana.
Yo dudaba que fueran a verse al día siguiente, pero no quise matar su esperanza.
—Bueno, ya te conté que había 3 espíritus protegiendo este valle, ¿no?
—Un lobo, una sirena y un hada —recordó.
—Pues... —me encogí de hombros—, no sé más después de que el brujo los invocara. El cuento es que vino al valle, escondió la piedra e invocó a los guardianes para que la protegieran.
—¿Eh? —se extrañó—. Pero eso no es un cuento.
—¿Cómo que no? —me asombré—. ¿Sabes más de cuentos que yo?
—Pues sí —aseguró la muy resabida con orgullo—. En un cuento hay —contó con los dedos con gran exageración, como si yo fuera idiota—: introducción, nudo y desenlace, y solo me has dicho la introducción.
Me encogí de hombros alucinado.
—¿Y por qué este cuento tendría que haber acabado ya? No todos los cuentos son iguales.
—Entonces no sería un cuento —me dijo, efectivamente, como si yo fuera idiota—, sería "historia", pero un cuento acaba porque tiene moraleja. Y no veo la moraleja del cuento, ni el nudo, ni el final.
Me froté el entrecejo contrariado. La enana cada día era más lista.
—Pues este cuento no ha acabado aún, así que no tiene final.
Ladeó la cabeza con aburrimiento.
—Pues invéntate uno.
Resoplé.
—Vale, es sencillo: muchos años más tarde de que escondieran la piedra el valle se llenó de brujos. Estos adoraban a los espíritus del valle y les construyeron un templo, al cual iban a cantar. Luego vino alguien, un ladrón que quería usar la piedra para resucitar a alguien que quería mucho, y se coló en el laberinto mientras los brujos y los guardianes estaban distraídos. El ladrón se hizo con la piedra sin que lo pillaran, escapó, resucitó a la persona que quería y regresó a casa. Fin.
Inflaba los carrillos como hacía cuando estaba disgustada.
—Ha sido muy rápido, cuéntalo otra vez más lento. ¡Y con detalles! —exigió.
Dejé caer la cabeza y me resigné.
40 largos minutos más tarde la enana terminó por dormirse. Me asomé a la calle y comprobé que estaba desierta. Salí cerrando con llave y me deslicé entre las casas en máximo silencio.
Fui pegado a las paredes, en aquella extrema oscuridad iluminada por la Luna, sintiendo que algo me seguía revoloteando por el cielo, pero toda vez que volví la vista atrás me encontré con... por supuesto, nada.
—Por el amor de dios... —me quejé a la quinta vez—, ¿tanto os importa atacarme directamente? ¿Por qué os gusta a los demonios perseguir a las personas inocentes?
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Astral Arcana: Moon
ParanormalAntes de que se infectara con la Maldición de la Luna y se convirtiera en licántropo, Natham Oldstone solo era un jovena que buscaba una piedra capaz de resucitar a los muertos... ---------------- Primera precuela de Astral Arcana (horror y romance...