Todo pareció marchar muy bien a partir de entonces. Sachi y yo nos instalamos definitivamente en la casa de invitados y fuimos recibidos y presentados en el pueblo de forma oficial. Seríamos los nuevos vecinos.
Sachi estaba encantada, lo que más le gustaba era dormir a la casa de las gemelas. Todas las tardes iba allí para poder jugar con las dos a la vez, y los fines de semana a la cabaña del bosque con los Lynkwood.
Yo comencé a realizar tareas de leñador, para lo cual me entregaron un hacha, y también me asignaron al cuidado de la granja de cerdos para ayudar a la vieja pareja que los cuidaba. También estuve vigilando cabras en las montañas del lado oeste.
Todo aquello comenzó a relajarme. Se estaba bien allí y tener que poner la mente en otra cosa distinta a los demonios y a resucitar a los muertos, me aliviaba de una forma que no creí posible. Me acostumbré muy rápido a los amables habitantes de Lunaplena. Me gustaba estar allí. Al cabo de dos semanas, me planteaba renunciar a mi misión y quedarme allí con ellos.
¿El principal motivo para seguir adelante y marcharnos? Bueno, aún quería venganza contra mi abuelo, pero lo que no podía soportar ya era a Claire. Me llegué a convencer de que no me convenía estar con ella, pero parecía que la tensión ahora crecía por su parte. Toda vez que nos encontrábamos juntos se formaba un silencio inquietante en el que ella me observaba muy fijamente y... de una forma extraña. A veces parecía que me iba a decir algo pero luego sonreía y continuaba el silencio.
Un día, sencillamente, no quise aguantarlo más. Estábamos ella y yo solos en la cabaña del lago, las niñas jugaban fuera. Ella había vuelto ha hacerlo, como con vergüenza y no atreviéndose a decir "algo". Dejé la taza en la mesa apretando los dedos en la arcilla y traté de contener mi molestia.
—¿Qué?
—Nada —aseguró dándome de lado.
—No, ibas a decir algo —insistí ofendido—. ¿Qué era?
—No iba a decir nada —aseguró sonriente, mirando por la ventana.
—Me voy —dije levantándome—, no soporto estar a tu lado.
Me encaminé a la puerta con paso feroz pero al poner la mano en el mango...
—Ladrón.
Me congelé, contraje las pupilas, temblé, comencé a sudar, mis piernas flaquearon. Me habían descubierto. Tragué saliva, pero no le di la cara. Traté de sonreír.
—¿Qué?
—El cuento de los tres guardianes y el ladrón que viene a robar la piedra que custodian —dijo a mis espaldas levantándose de la silla. La notaba divertida—, ¿te suena?
—N-no sé de que hablas...
—Oh, ¿de verdad? Pues es curioso, porque mi hijas me contaron que tu hermana les contó que ese cuento se lo contaste tú.
Me volví con violencia pero ella estaba tan cerca que tuve que pegar la espalda a la puerta. Sus labios se pegaron a mi boca. No pude creerlo, pero Claire me estaba besando. Se colgó de mi cuello y se apretó contra mí, entregándome su saliva. Antes de que pudiera comprenderlo y devolverle mis labios, ella se separó y me bloqueó contra la puerta, sonriendo.
—¿Q-qué haces? —pregunté con un hilo de voz.
Sonreía, y con picardía, como jamás pensé que la vería sonreír.
—¿Tú que crees?
Yo no daba crédito.
—E-esto... no está bien... —dije sin poder luchar contra su cálido cuerpo.
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Astral Arcana: Moon
ParanormalAntes de que se infectara con la Maldición de la Luna y se convirtiera en licántropo, Natham Oldstone solo era un jovena que buscaba una piedra capaz de resucitar a los muertos... ---------------- Primera precuela de Astral Arcana (horror y romance...