Capítulo 8: El ritual del Lago

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Salí procurando no hacer ruido pero en el momento de agacharme para volver a bloquear la puerta dudé: esa cosa podría aprovechar para atacarme.

Como si hubiera oído mis pensamientos y lo hubiera invocado, el demonio saltó desde el tejado hasta la baranda de un balcón. Pude verlo entonces con claridad: era grande como un pastor alemán, pero achaparrado y flaco, y efectivamente, portaba alas de murciélago por patas delanteras. La cola parecía de rata y el hocico era alargado.

Desenvainé a su sonrisa.

—¿Quieres ver algo interesante? —me preguntó el demonio antes de alzar el vuelo—. Creo que te interesa...

Se fue aleteando y me quedé parado, sin saber si confiar en él o si cerrar la puerta... Al final corrí calle abajo, siguiendo su oscura forma por el cielo. Las curvas de las calles y los tejados por poco me hacen perderle en varias ocasiones, pero él siempre se aseguraba de volver para buscarme y reanudar la marcha. Me llevó a la orilla del lago y se posó en lo alto de un tejado.

En la distancia, sobre el lago, estaba lo que quería que viera: un rayo de luz plateada caía desde el cielo en el agua, levantando un remolino de burbujeantes olas. No podía oír el ruido desde allí, pero juraría que había una plataforma de madera alrededor del cono de luz sobre la cual rezaban esos brujos.

¿Qué estaban haciendo? ¿Invocar a Crystalblue? La noche anterior hicieron lo mismo con Whitehowl, en el templo, entonces... Recordé las palabras que dijeron: "Crystalblue toca mañana". Sí, no había otra explicación.

—Curioso —comentó el demonio con ojos astutos.

—¿Qué hacen? —le pregunté.

—¿No lo ves? —se extrañó—. A claro, que eres un simple mortal sin poder —guardé silencio, esperando más información—. Pues yo diría que están usando toda la energía astral de la Luna que cae en el valle para mantener encerrado a un elemental del agua... O algo así.

Abrí mucho los párpados.

—¿"Encerrado"? ¿Cómo encerrado? —repetí asombrado—. P-pe... —eso no me encajaba.

—Te digo lo que veo —bostezó enseñando su larga lengua y afilados colmillos—, no puede ser otra cosa más que un hechizo de contención muy avanzado.

—Pero no tiene sentido —discutí—, Crystalblue es uno de los guardianes del valle.

Se encogió de hombros.

—Yo eso no lo sé, solo veo. A mí me da igual. —Sí, eso estaba claro.

Me quedé mirando el conjuro durante el tiempo que duró, hasta que el agua que la luz lunar se calmó. Entonces juraría que vi algo flotando dentro del cono de luz... Parecía humano, pero muy pequeño... Esa "cosa", que supuse sería Crystalblue, regresó al agua muy lentamente y entonces la columna de luz se apagó.

—Ha terminado —giré para ver al demonio y me lo encontré demasiado cerca, mirándome con ojos ansiosos. Retrocedí levantando el estoque—. ¿Qué es lo que quieres?

No respondió de inmediato.

—¿Te interesa hacer un pacto de sangre? —me preguntó.

—Mmm. ¿Pactar con un demonio que ya tiene amo? No, gracias. Mi sangre es solo mía, además, ya has visto que no soy brujo.

—Precisamente —sonrió arrastrándose por el suelo—, estoy harto de obedecer a estos humanos inmundos, pero tú no podrías darme órdenes, ¿verdad? Quedaría libre.

Parecía lógico, pero había resultado demasiado buen vigilante para mí.

—No me importaría hacerte libre pero aún tengo que hacer cosas en este pueblo. Si lo hago sospecharán de mí y me pondrán a otro vigilante más estricto.

Astral Arcana: MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora