Capítulo 31: Boda

771 55 15
                                    


No he dejado de darle vueltas en mi cabeza. La pérdida de nuestro bebé. Prim y mamá me consuelan que igual podré tener hijos en el futuro. Pero ahora, sus palabras de consuelo me resultan inútiles. Por las noches lloro desconsolada mientras una de las dos me acaricia el cabello hasta que me duermo y, si tengo suerte, cierro los ojos sin tener una pesadilla. Pero esas noches son escasas. Snow, los aerodeslizadores sobre el hospital del 8, las avalanchas rugiendo y sepultando los mineros de el Hueso o el hombre que me disparó aparecen seguido por las noches. También un bebé que llora y que no puedo encontrar mientras recorro desesperada los pasillos del 13. 

De día, debo aparentar que nada ha pasado, que me estoy recuperando e incluso he pedido ir a entrenamiento pero los doctores determinaron que no debo esforzarme ni cansarme hasta que desaparezcan los hematomas y no me canse con una corta distancia de trote. La verdad, estoy mal. Mental y físicamente. Mamá teme que tenga una depresión por el aborto, así que además, debo ser fuerte para no preocuparla más, ni a Prim tampoco. Me dicen que soy joven aún, igual sé que les habría ilusionado que tuviera un bebé con Peeta.

- Tengo que hacer algo, Prim... me está desquiciando no tener nada que hacer -le confieso a mi hermana, ha venido a verme a Buttercup y a mí antes de irse al hospital toda la tarde. 

- Lo sé, Katniss... ojalá pudiera pasar más tiempo contigo -señala ella alimentando al gato y luego me abraza mientras dice-: Si no hubiera tanto quehacer en el hospital con los soldados y civiles heridos, pediría libre una tarde para estar juntas... bueno, el día de la boda es feriado para casi todos, no tengo turno ese día. Ahora debo irme, te dejo a Buttercup como compañía

En la mañana la veo partir al Centro Educativo y las tardes ejerce como enfermera. Ha avanzado bastante y los doctores la solicitan como ayudante en procedimientos menos complicados, creen que tiene mucho potencial. Desde niña ayudaba a mamá en las curaciones, es innato. Como en los distritos no hay hospitales de verdad, salvo un almacén improvisado donde escasea hasta la tela para vendas, muchos soldados y civiles heridos de gravedad están siendo derivados al hospital del 13. Ahora que que el Distrito 2 se ha aliado con nosotros, los rebeldes se han tomado un respiro para reagruparse. Están curando a los heridos, reforzando las líneas de suministro y reorganizando sus tropas. Tregua, así se llama este periodo de dos semanas sin ataques. Ya llevamos una y me angustia saber que dentro de siete días todo empieza de nuevo.

- ¿Qué tal, Catnip... vas a cenar? -pregunta Gale y yo asiento, muda. 

No he estado mucho con él pero al menos no trata de consolarme ni me tiene lástima cuando nos vemos. Sabe que lo primero es fútil y no quiero lo segundo. Recuerdo entonces lo que me contó sobre su chica; ella también estaba embarazada cuando fue a los Juegos. Debe haber sido un golpe muy duro para mi amigo. Gale y yo llegamos al comedor para nuestro turno de cena. Desde una mesa nos llaman Finnick y Annie, las gaviotas, más Johanna y Delly. Ésta última habla y sonríe como si todo fuera felicidad, como si no estuviéramos en una guerra; Mason tiene cara de "que alguien la haga callar, por favor", cosa que me hace gracia y a Gale también, al menos, una sonrisa se asoma en su cara y en la mía. Retiramos las bandejas y vamos con ellos.

- Bueno, imagino que tienen listos los preparativos -comento luego de saludar a todos, preguntando a los novios por su próxima boda.

- Bien... faltan algunos detalles -responde Finnick y luego mira a Annie, embobado-. Al menos, tengo el anillo perfecto para mi hermosa sirenita.

Dicho esto, Odair nos muestra una cajita de terciopelo granate en forma de concha, la abre y dentro reposa un anillo de oro blanco con un zafiro azul como el mar, rodeado de pequeños brillantes blancos. Aunque no soy adicta a las joyas, debo reconocer que es un hermoso anillo y el intenso azul me deja boquiabierta. Gale y Delly también lo miran con asombro.

Sinsajo HeridoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora