Fragmento

94 8 0
                                    

Capítulo 9: Fragmento

Cámara oculta del Castillo de Bran, 11 de enero del 2016, 7:27 pm.

No importa cuántas veces volviera a ese castillo, se sentía como en casa, odiaba la ciudad y este castillo le brindaba la seguridad que ningún otro lugar le pudo dar. Se internó en aquel viejo olor característico del castillo y una pequeña sonrisa apareció en sus labios, vio a la pelirroja desmayada atada a una silla y se complace por el hecho de que el castillo posee muchos pasajes, habitaciones y cámaras ocultas que nadie más a logrado encontrar, en su mente apareció el recuerdo de cuando llegó por primera vez a aquel castillo.

Se demoraron 2 años en llegar al castillo, incluso con la ayuda de Raynard que le daba de su sangre, pero a cambio debía descansar algún tiempo. Al igual que lo hizo Drácula terminaron adueñándose del barco rodeándolo de niebla y bebiendo la sangre de los tripulantes mientras el albino se alimentaba de los suministros del barco, así el mito del barco fantasma volvió a las bocas de los marinos.

La otra complicación fue llegar a Rumania a través de los distintos países, ya que desembarcaron cerca de Francia y debían mantenerse alejados de Italia, ya que era la base de los cazadores, tampoco era la idea que la pequeña niña ocupara sus poderes para que avanzaran más rápido.

Finalmente en el castillo se escabulleron de noche y verlo sin problemas, ahí se sintió como en casa y por extraño que parecía conocía cada rincón, cada pasaje y habitación secreta, aunque era la primera vez que visitaba aquel imponente castillo, pero desconocía el lugar en donde se encontraba lo que buscaba.

—Ya estamos aquí ahora ¿qué? —preguntó Raynard, quien ahora tenía 14 años de edad y se encontraba en una etapa complicada, la adolescencia y últimamente estaba mirando con otros ojos a la pequeña niña, pero se golpeaba a sí mismo por aquel inapropiado pensamiento, es decir, era una niña, no podía.

—Quedémonos un par de días por aquí, necesito ver el castillo entero. Si quieres me puedes esperar aquí—Erika con ahora 7 años comenzó su incursión en el castillo, junto a un lápiz y papel realizó un plano de todo el castillo, mientras el albino seguía en su lucha interna.

Tras una semana de búsqueda logro dar con la cámara que buscaba, una que los historiadores no habían encontrado, una habitación subterránea por la cual se llegaba a través de una larga escalera en espiral, sin luz alguna la niña que gracias a ser una vampira lograba distinguir todo finalmente sonrió, halló 4 ataúdes, 3 se encontraban recostados y estaban destrozados, logró distinguir la madera costosa de la cual estaban hechos, el último se encontraba sobre una superficie que lo inclinaba como si se tratará de alguien importante, el ataúd negro con adornos de plata resaltaba y atrajo a Erika rápidamente que poso sus manos en él.

—Yo sé toda la verdad, mi padre dejó un diario con toda la verdad en él y aunque no lo pareciera lamento tu muerte, abuelo...—unas pequeñas lágrimas cayeron por sus ojos.

Desde que Erika aprendió a leer, su curiosidad aumento y en su pequeño hogar no había muchos libros hasta que encontró los diarios de su padre que relataban todo el incidente con su padre, su madre y Drácula, como lo habían supuestamente derrotado, pero como volvió después a salvar a su madre de la condesa, muchos sucesos que al inicio no comprendió y ahora entendía a sus abuelos que cayeron en el amor de la misma mujer, la pelinegra se secó las lágrimas y soltó un suspiro, ya sabía qué hacer y primero necesitaría poder.

Antes de empezar de nuevo su vida, aquel día decidió que Erika Harker murió cuando mataron a sus padres y que ella era Heather Tepes, la única descendiente directa de Drácula y provocaría el caos. La siguiente parada fue Alemania y con algunos años internándose en la sociedad dio el golpe a la humanidad bajo la mano de su misma especie, sí, la segunda guerra mundial.

Su recuerdo fue interrumpido por los gemidos de la chica apresada y una sonrisa sádica se formo en su rostro, no podría disfrutar más este momento.

—Al fin despertaste pequeña—habló Heather con burla.

— ¿Qué planeas? —preguntó Lizbeth con un poco de miedo.

— ¿Yo? Nada realmente, sólo quiero una cruel y sangrienta venganza—respondió como si nada.

— ¿Por qué? Ustedes son quienes se alimentan de nosotros...—una fuerte mano la detuvo aferrándose a su cuello, apenas podía respirar.

—Ya que ibas a ser parte de la familia van Helsing te lo diré. Ustedes cazadores abrieron la caja de pandora y la maldición está cayendo sobre ustedes, la familia van Helsing ni se inmuto en matar a mis padres, ellos no mataron a nadie y se alimentaban de cadáveres que llegaban a las funerarias ¿pero investigaron eso? ¡Pues no! —los ojos negros de Heather si internaron en los verdes ojos de la chica—A ustedes les importa si es un vampiro y no saben cómo lleva su vida, lo difícil que es matar a otro ser y que estés maldito por haber nacido así—soltó el cuello de la chica, notando que estaba a punto de desmayarse y tomo su rostro suavemente.

—Se...se podría hablar...Ragnard....te escuchará—habló como podía la pelirroja, el aire recién volvía a sus pulmones y le dificultaba el respirar.

— ¿Ragnard? No, no querida, no hables estupideces. Este día acabara con la aniquilación de ustedes los cazadores y a su amado líder le tengo una pequeña sorpresa—agarró con brusquedad el largo cabello de Lizbeth y se sentó sobre ella—Tranquila, no te dolerá—le dio un suave beso en los labios y se desplazó al cuello, bebió casi toda su sangre y después se hizo un pequeño corte en su muñeca obligándola a beber de su sangre.

—Mátame...—murmuraba Lizbeth apenas consiente.

—Yo no te mataré, eres un simple juguete, pero no sabes lo impaciente que estoy por ver a Ragnard cuando te encuentre—Heather se lamio la muñeca sacando lo último de sangre antes que ésta se volviera a cerrar y con una maliciosa expresión abrió la boca de la pelirroja metiendo su lengua dentro de ella, la chica no se opuso y provocó decepción en la vampiresa—Parece que ya te resignaste, bueno ahora sólo espera a tu amado Ragnard—la pelinegra se retiró dando algunos brincos y Lizbeth comenzó a sollozar en silencio, su vida había acabado.

Tras varias horas Ragnard había llegado al castillo de Bran, al entrar por el salón principal la pelinegra se encontraba esperándolo sentada en las barandas de las escaleras con una expresión juguetona y de victoria.

—Maldita ¿dónde está Lizbeth? —exclamó Ragnard con furia.

—Tranquilo te la regresaré, sólo debes ir por aquella entrada, se encuentra atada y después de que la rescates nuestra batalla final comenzará—comentó Heather para después desaparecer entre las sombras.

Ragnard hizo una mueca y corrió el pasaje que daba hacia una larga escalera con forma de espiral, en una oscuridad total decidió sacar una linterna y la habitación subterránea encontró a su amada, Lizbeth estaba con la cabeza abajo y atada a una silla, logró distinguir marcas de colmillos en su suave cuello, la ira lo consumía, pero primero debía desatarla.

—Una tormenta se acerca...—comentó Edward observando la ventada del automóvil que conducía a gran velocidad Raynard.

—Ve más rápido—exclamó Carol.

—Esta cosa no va más rápido—respondió el albino irritado, tras reunirse con la rama Italiana se conocieron los planes de Heather, ese mismo día planeaba dar el gran golpe y primer paso para conquistar todo el mundo.

______________________________________

Muchas gracias por leer :3

El siguiente capítulo se titula Sangre~~

La Descendencia de DráculaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora