Información

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Capítulo 17: Información

Heather se estiró perezosamente en la cama, abrió los ojos y se encontró directamente con Raynard acurrucado a su lado, sosteniéndola firmemente de la cintura y con una expresión de enojo, una pequeña risa salió de la chica y abrazo al albino, sus cuerpos desnudos cubiertos por las sabanas sintiendo el calor del otro, permanecieron así por unos minutos.

—Erika... —bostezo Raynard encontrándose con una vista maravillosa, una pálida piel cubierta por pequeños rayos de sol, un cuerpo curvilíneo y ojos negros brillantes.

— ¿Por qué siempre me llamas por mí nombre real? —Heather hizo un puchero poniendo la boca como pato.

—Porque así te conocí y me acostumbre a decirte así—respondió el albino acortando distancia con la chica.

—Pero sabes que legalmente soy Heather Tepes y soy ciudadana americana—dijo la pelinegra con orgullo, aunque solamente con su ex-cazador compartía su pasado.

—Lo sé muy bien, pero hay algo que me gustaría saber—tenias ciertas dudas acerca del comportamiento de la vampiresa.

— ¿Acerca de qué? —la pelinegra entrelazó sus manos con el chico.

—Tu comportamiento, me tienes preocupado, ya que a veces de la nada te pones muy violenta y otra veces eres un pan de azúcar—ante esas palabras un rubor subió al rostro de ella.

—Veras...Tú sabes que mi nivel de justicia es muy alto y exploto a veces, pero cuando se trata de ti, no me puedo controlar y aunque he tenido que castigarte, simplemente no puedo matarte—a medida que hablaba fue ocultado su rostro en la almohada, Raynard mordió sus labios para auto controlarse ¿desde cuándo podía ser tan linda? Maldijo por lo bajo y se acercó a ella.

—Bueno eso explica muchas cosas y créeme, no eres la única que se siente así—Heather levantó la vista y los ojos celestes la miraba con emoción, ambos sonrieron y se besaron, optaron por dejar el pasado atrás, pues aquel invisible vínculo que crearon era mucho mas fuerte que cualquier suceso que les podía pasar.

El día comenzó a pasar sin problemas, hasta que Heather y Raynard decidieron salir de la torre encontrándose primeramente con Carol y Edward.

—Raynard—exclamaron ambos sorprendidos al ver al albino libre y en el mejor estado posible.

—Ya está libre y será mejor que no vuelva a ocultar información—dijo Heather mirando de reojo al ex-cazador.

—Lo comprendí muy bien—respondió Raynard, después de todo no quería volver hacer llorar a Heather y menos que lo volvieran a castigar, después de todo los Helsing ya eran historia.

—Que bueno—comentó Carol feliz.

—Ahora que lo recuerdo cierta persona estaba muy preocupada por mi—comentó Raynard pasando su brazo alrededor del cuello de Edward.

—Eso...eso fue solamente, porque algún día te venceré en una pelea—respondió el rubio avergonzado.

—Claro, claro de aquí a mil años más—los cuatro reían ante la interacción de ambos chicos hasta que otra compañía llegó.

—Oh Raynard volvió con nosotros ¿te cansaste de ser un simple guardián? —Einar apareció en la reunión en pleno centro del castillo.

—Al menos no ando como una víbora inyectándole mi opinión a Heather—Carol y Edward se dedicaron a observar, realmente el albino era el único que debatía los comentarios de Einar, la mano izquierda y derecha tenían la peor relación posible.

—Ustedes dos, dejen de pelear y esos estúpidos comentarios, ahora iré con Raynard al centro de comunicaciones, Einar necesito al ejército aquí, Carol y Edward quiero que vuelvan primero a Los Ángeles y vayan a la nueva base—todos quedaron mirando a Heather—es una orden—soltó un suspiro y todos comenzaron a obedecer, ella rápidamente se retiró con Raynard a la sala de control en parte más alta de la torre central.

—Que pena, los bebés se tiene que ir—comentó la pelirroja tras la salida de la vampiresa.

—Nos tenemos que ir, pero queda Raynard que es mucho peor—respondió Carol llevándose al rubio, para que no siguiera hechando más leña al fuego. Einar sabía que tenían razón, que Raynard volviera a estar al lado de su ama era un gran problema si quería ganarse el derecho de estar a su lado.

—Pero eso no durará por mucho—la pelirroja se retiró a buscar al ejército mejor entrenado de la historia, después de todo ella los había entrenado.

En el centro de comunicaciones, se encontraba el mayordomo de cabello negro, lentes plateados, ojos cafés y vestido con un largo traje de alta costura, obviamente también era un vampiro de alta confianza.

—Sebastian ¿contactaron a Kuro? Anoche hablé con ella, para un pequeño trabajo—comentó Heather con una sonrisa traviesa.

— ¿Trabajo? ¿Qué información necesitas de ella? —preguntó Raynard con curiosidad.

—Eso es un secreto mi querido Ray—ronroneo ella de forma seductora.

—Mi señorita, ya contactamos a Kuro y la espera en el computador principal—interrumpió el mayordomo ante el coqueteo de la pareja que iban tomados de la mano.

—Ok, tú espera aquí—dijo la pelinegra, dejando al albino y al mayordomo en las afueras de la sala de control.

— ¿Tú no sabes de qué se trata? —pregunto Raynard intrigado.

—No lo sé Señor, pero lo mejor será no interrumpir—Sebastian era un hombre de gran moral y educación, el albino sabía que tenía razón, no quería otro castigo y no podía evitar pensar en los Helsing, pero él había decidido traicionarlos y tenía que aceptar las consecuencias, su espíritu estaba más tranquilo ahora. Mientras en el interior Heather y Amelia hablaban animadamente.

—Bueno Amelia ¿qué noticias me tienes? Sé que a estas alturas ya debes tener toda la información que te pedí—Heather sonreía como una niña pequeña a quien estaban a punto de darle el mejor regalo de su vida.

—Por supuesto, verá mi ama resulta que todo lo que supuso, es correcto, nuestra querida muñeca de porcelana oculta muchas cosas, le mandare los documentos a través de una red segura, necesito que los lea y luego los borrare de ambos computadores, quedarán guardados en una memoria externa que resguardaré de manera personal—informó Amelia comenzado a teclear y presionar botones rápidamente.

—Espero que esta información no salga de tus ayudantes, tú y yo, ni Raynard debe saber lo que planeamos—ordenó la pelinegra, quien ya había leído los documentos.

—Como usted desee mi maestra—exclamó la rubia, le gustaría detenerla, pero sabía que nunca lograría convencerla y ese plan le aterraba, pues ella se exponían a un gran peligro y siempre habría que considerar errores de cálculo.

Finalmente la comunicación se corto y todo comenzó.

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Gracias por leer :3

Ahora se viene la era de los vampiros muajajaja ok, ya :L

La Descendencia de DráculaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora