Sangre

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Capítulo dedicado a mi querida prima Francesca que me ayudo con las ideas del castillo <3

Capítulo 10: Sangre

Ragnard comenzó a desatar a su prometida, pero ésta no se dejaba.

—Lizbeth ¿qué sucede? —preguntó el castaño alterado.

—Ragnard, por favor mátame, yo ya no puedo—lágrimas corrían por los verdes ojos de la chica.

— ¿De qué hablas? Déjame desatarte y ve hacia la otra base, hay un automo...—el joven se percató de la tragedia que se avecinada, la pelirroja con una fuerza sobrehumana rompió la cuerdas y la silla que la enjaulaban, unos afilados colmillos aparecieron en sus pálidos labios y arremetió contra su prometido.

—Rag...nard...ma...tame—sollozaba al momento de intentar morderlo.

—Lizbeth...no...—lágrimas salieron de los ojos del castaño que batallaba contra la que iba a ser su futura esposa.

—Por....fa...vor—la pelirroja no podía más, su cuerpo no lo controlaba, ahora era una vampira llena de sed de sangre y todo por una venganza.

—Lizbeth, lo siento—murmuró como pudo, sacó una pistola de su cinturón y le disparo en el corazón, la chica con una sonrisa se despidió de este mundo convirtiéndose en cenizas— ¡Lizbeth! —su corazón grito y estallo en lágrimas, su prometida había muerto, aquella vampira le había arrebatado todo, golpeo en suelo con fuerza, limpio sus lágrimas y decidió calmarse, ahora vengaría a todos sus compañeros caídos, a su familia y al amor de su vida.

Ragnard salió de la cámara subterránea hacia la entrada principal de la cual salían dos largas escaleras y en el segundo piso la esperaba ella, Heather Tepes, la causante de tanta tragedia en la familia Helsing.

— ¿Qué te pareció mi sorpresa? —habló Heather apoyándose en la baranda sonriente.

— ¿Cómo puedes ser tan cruel? —Ragnard no podía más y llegó hasta donde la vampira saltando por la baranda de las escaleras— ¡Maldita! —sacó sus sables y apunto al cuello de la pelinegra.

—Pequeño Helsing no pelearemos aquí—detuvo ambos sables con una fuerza implacable, Ragnard quedo tendido en el aire sujeto de sus armas—Iremos afuera, pero después de ti—la puerta principal se abrió de par en par y Heather lo lanzó hacia afuera, donde un gran bosque rodeaba el castillo.

—Mi padre, mi hermana y ahora mi prometida ¿qué más quieres? —exclamó Ragnard con enojo, levantándose y adoptando posición de combate.

—Ya te lo dije, la destrucción total de los Helsing. No me importa si cazadores quedan vivos, pero ustedes deben morir—respondió Heather, el aire del lugar se torno turbio, el sol se había ido atrayendo nubes negras y pequeñas gotas de lluvia cayeron en el lugar de combate.

—Acabaré contigo—tomo sus sables, arremetió contra la pelinegra que rápidamente lo esquivo hacia la derecha, pero él lo sabía y lanzó su sable unos segundos antes hacia la derecha, le dio en el hombro izquierdo y sonrío de que su improvisado ataque funcionara.

—Nada mal, nada mal, quizás no sea tan buena combatiente como Raynard, pero no me subestimes—dijo Heather tomando la empuñadura del sable y sacándolo de su cuerpo sin dudar, una gran cantidad de sangre salió y su rostro no se inmutó al dolor, luego enterró el sable en la tierra y lo golpeó con su pierna haciéndolo añicos, la herida había sanado completamente y unas risas salieron de sus labios—Hace años que no me herían así.

—Monstruo—murmuró el castaño, la regeneración de la vampiresa era absurda, no importa cuánto la hiera al segundo ya no tenía nada.

— ¿Monstruo? —Heather soltó una carcajada—Pronto ustedes serán los monstruos—con su gran velocidad llegó frente al cazador y lo golpeó fuertemente en el pecho, un fuerte crujido se sintió y chocó contra un árbol que se trozó ante tal fuerza.

Ragnard cayó al suelo con sus manos en su pecho, tenía varias costillas rotas y contusiones internas, tosió y una pequeña cantidad de sangre salió de su boca, aquella vampiresa era la más fuerte de su raza y la máxima evolución de los vampiros, ella salía de los estándares establecidos por la organización, su esperanza se iba desvaneciendo, pero daría pelea hasta el final.

El castaño se levanto y con una gran concentración se olvido de su enorme dolor, tomó el sable en su mano derecha y sacó una uzi automática con su mano izquierda, inhaló un poco de aire, comenzó a disparar hacia la vampiresa que se alejó de su presa, cuando se le acabó el cartucho se fue tras un árbol, cambio el cartucho y la vampira apareció frente a él, con el último sable que maniobró apuntando al corazón.

Heather se encontraba emocionada, nunca había sentido tanta emoción por una pelea, pero el joven cazador estaba debilitado y su velocidad había disminuido un poco o eso aparento, cuando apunto a su corazón lo logro esquivar, pero ya había cargado la uzi y se encontraban a escasos centímetros de distancia, rápidamente se lanzó hacia atrás, pero no alcanzó a esquivar todas las balas, varias la hirieron y el castaño la siguió arremetiendo hacia ella. La pelea se torno en un ir y venir por el bosque hasta que el cazador optó por otra estrategia.

—Heather—la llamó y los penetrantes ojos negros lo observaban desde un par de metros de distancias, la lluvia no les impedía moverse con facilidad, el cazador lanzó su sable y pistola a los pies de la chica.

— ¿Acaso te rindes? —preguntó con ironía acercándose a las armas cuando divisó un pequeño artefacto, una bomba de luz.

—No, sólo aprendí que contigo debo tener más trucos bajo la manga—tras la bomba de luz soltó unos hilos de acero que estaba manejando por los árboles, una red envolvió a la vampiresa—Aunque te corte en miles de pedazos, sé que volverás por eso intentare otro modo—el lugar se inundo de un estrepitoso sonido, truenos y relámpagos estaban llegando a la zona.

—Ahora lo entiendo, sólo me atrajiste a la zona donde habías puesto la trampa y esperar los rayos, para quemarme...inteligente eh...—comentó Heather divertida intentando adoptar una posición adecuada para cortar los hilos de acero.

—Eso veremos—Ragnard apretó más los hilos y comenzó a cortar la blanca piel de la vampiresa, hasta que el momento llegó y se alejo lo más que pudo de la zona, un fuerte rayo impactó con gran fuerza sobre la chica. Tras unos segundos el joven se acercó a verificar si la vampiresa había caído o no—Al parecer ya todo terminó—lo único que encontró fueron restos de un cuerpo calcinado y un gran alivio llenó su interior, pero todo era el comienzo.

—Regla número 1 del cazador: siempre verificar la muerte de tu presa—la voz de Heather resonó en la mente del castaño que no alcanzó a percibir lo que venía, la vampiresa le cortó la garganta con un audaz movimiento y con la otra mano lo sostuvo con fuerza, para que no se le escapara—Fuiste bueno querido Ragnard, pero no lo suficiente—lo último que vio el cazador fue un cuerpo totalmente quemado y destruido beber toda su sangre, los van Helsing habían llegado a su fin.

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Muchas gracias por leer :3

La Descendencia de DráculaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora