La Descendencia de Drácula

Estados

Capítulo 21: Estados

Han pasado unos cuantos meses desde que comenzó la conquista de los vampiros sobre la humanidad alrededor de todo el mundo, donde llegaron hasta los glaciares para que no lograran escapar, se armaron distintas resistencias en varios puntos del globo, pero muy pocas han podido sobrevivir hasta hoy.

— ¿Para cuando crees que este todo el mundo bajo mi poder? —habló Heather haciendo un leve puchero en el salón oval recostada en el sofá.

—Kuro te advirtió que este proceso puede demorar meses o años, además ¿por qué estás vestida así? —preguntó Raynard, quizás un poco celoso, ya que la chica solo estaba con babydoll transparente de color rojo que no cubría absolutamente nada ¿cómo la nueva soberana del mundo podía estar así cuando cualquier vampiro podría entrar al salón? Simplemente ella era así.

—Estamos en julio y hace mucho calor, odio el calor, ¿y tú por qué siempre estás vestido así? —respondió la pelinegra con una sonrisa coqueta.

—Porque estamos en horario de trabajo y no puedes estar tan relajada, puesto que ya van 5 veces en estos 3 días que se infiltran y te intentan asesinar, ahora cámbiate esa ropa—exclamó el albino que vestía su típica ropa de combate militar con cuchillos ocultos y algunas pistolas a la vista.

—Pero no me pueden asesinar, siempre los encuentro antes—dijo con una sonrisa—Bueno me cambiare ropa —la chica se levanto y sensualmente se desnudó frente al albino con una sonrisa de triunfo ante su reacción—Ray... —pasó sus brazos alrededor del cuello del chico y se comenzaron a besar con pasión.

—Mi adorada ama—exclamó Amelia alias Kuro entrando al salón, encontrando al albino con las manos sobre la pálida y tersa piel de su amada ama.

—Kuro... —habló Raynard observando cómo la pequeña se lanza hacia él intentando golpearlo con sus puños, él se limitó a esquivarla mientras la pelinegra iba a buscar un largo vestido blanco con adornos rojos y amarillos, cuando volvía al salón con el vestido puesto notó que la estaban siguiendo, nuevamente otro espía se había internado en la Casa Blanca, pero Heather se aburrió y decidió entrar al salón oval, en esos segundos el espía se acercó y la tomo como rehén ante las incrédulas miradas de Raynard y Amelia que dejaron de pelear ante la escena.

—Ahora no me importa morir, si puedo llevarte conmigo al infierno, maldita perra—por su acento árabe se deducía que era de Medio Oriente, apuntaba con una pistola simple a la cabeza de la pelinegra.

— ¿Cómo te atreves a ponerle tus sucias manos? —dijo Amelia totalmente sería, su aura asesina se estaba dejando ver claramente.

—Yo creo que es la peor rehén que puede tener—agregó Raynard, aunque intento sonar despreocupado igualmente lo estaba.

—Que cruel eres Ray—Heather simplemente hizo un leve puchero.

— ¡Cállense! —grito con fuerza el infiltrado—Detengan a sus tropas ahora mismo, dejen a la humanidad y como advertencia mataré a su líder—el momento en el cual se disponía a disparar sintió un leve golpe a la altura de su estómago, un leve hilo de sangre salió por su boca y al desviar la mirada pudo observarlo, aquel golpe lo había destruido, desde su estómago salían los intestinos, tenía algunas costillas rotas y su estómago estaba estampado contra la pared—Monstruos... —susurro antes de caer, pero al menos quería matarlos, presionó el gatillo y nada pasó, al ver la pistola vio que estaba rota, lo único que tenía era el gatillo de la pistola en su mano, con unos ojos de impotencia aquel ser dejaba este mundo.

—Que aburrido—exclamó Heather, para luego llamar a los encargados de la limpieza y como costumbre el salón oval volvía a estar manchado de sangre.

—Oh ama ¿se encuentra bien? —pregunto Amelia acercándose a ella rápidamente.

—Sí, tranquila—respondió ella con una sonrisa.

—Lo despedazaste con esa presión de fuerza—comentó Raynard observando el cuerpo sin vida, era impresionante la absurda fuerza que la vampiresa tenía y aún no podían apreciar su capacidades a totalidad.

—Es que me aburrieron estos estúpidos intentos de asesinatos—dijo Heather cuando una vídeo llamada entrante se hizo sonar en el computador, se trataba de Einar, Carol y Edward en llamada grupal, para dar todos sus informes. Heather fue a contestar mientras Raynard y Amelia se dedicaban a escuchar sentándose en el sofá.

—Ama—exclamaron los tres al unísono con emoción.

—Hola queridos, ahora vamos al grano, quiero un resumen de la situación de cada uno, cuando terminen su informe se desconectan automáticamente ¿me oyeron? —Heather estaba sería y los 3 comandantes asintieron rápidamente—comencemos con Einar.

—Sí, tenemos a Japón completamente subyugada, los humanos se rindieron y se están formando estados para mantener todo bajo control, respecto a China aún estamos trabajando, ya que el territorio es grande y se formó una pequeña resistencia que hace un par de días fue completamente aniquilada, pero dentro de unos días China será suya—informó la pelirroja con emoción.

—Gracias Einar, ahora desconéctate y sigue Edward—dijo la pelinegra observando atentamente a cada uno del grupo.

—A sus órdenes, por cierto me alegro verla con ese hermoso vestido que le mande—tras aquellas palabras la pelirroja desapareció de la conversación.

—Ama, respecto a Rusia ha dado un poco de problemas respecto el clima, pero acabamos con el gobierno y tenemos cubiertas las rutas de escape, es cosa de tiempo para que esté bajo nuestro control—dijo el rubio de forma segura.

—Confío en ti Edward, desconéctate y finalmente Carol—habló la pelinegra e inmediatamente el chico desapareció de la conversación dejando solamente a la morena—Carol te llevaste la peor parte, pero lograste salir adelante felicidades, ahora cuentame la situación.

—Sí, cuando se llevaron a cabo los ataques, Inglaterra se movilizó rápidamente y creó una resistencia con bases militares, todos adiestrados en combate, pero gracias al plan de respaldo que usted me dio logramos salir adelante y le tengo este hermoso regalo—Carol tomo una resplandeciente corona que tenía cerca y la mostró por la pantalla—De parte de la reina, de seguro se verá aún más hermosa en usted—comentó.

—Muchas gracias, manténganme informada—dijo Heather, para luego cortar la comunicación.

—Les hiciste dar un informe a pesar de que escuchaste todo por el centro de comandos—hablo Raynard.

—Por supuesto, ella se preocupa por sus súbditos y sigo sin comprender cómo eres el único que puede estar a su lado todo el tiempo—exclamó Amelia con enojo.

—No peleen, Amelia vuelve al centro, es una orden—interrumpió la pelinegra con enojo—Y por cierto Raynard es un caso especial que debo mantener a mi lado.

—Si mi ama—respondió la pequeña rubia con tristeza y se retiró del salón.

—Fuiste un poco dura—comentó el albino al ver la tristeza de la pequeña.

—No, sólo fui realista—dijo Heather levantándose, para luego sentarse en el regazo del chico—tú eres especial—rodeo sus brazos por el torso de Raynard y se volvieron a besar apasionadamente.

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