La Emperatriz Oscura

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Bienvenidos al último capítulo como tal de esta historia, espero les haya gustado, me gusto mucho escribirla, aunque inicialmente sólo iban a ser 3 capitulos termino siendo una historia de más xD

Bueno disfruten, pero calma aún queda el epílogo ;3

Capítulo 25: La Emperatriz Oscura

Raynard abrazaba sin consuelo el cuerpo inerte de Heather, había aprendido a no llorar, a aguantarse todo su dolor, pero tener el cuerpo de su amada sin vida lo había destrozado.

—Vamos Raynard entrégame el cuerpo de Heather—habló Einar y varios vampiros rodearon al albino.

—Ahh siempre le dije a Erika que no te recogiera y siempre tuve razón, tu maldita rata—Raynard dejó con delicadeza el cuerpo de Heather en el suelo, sacó unas cuchillas de sus tobillos y se puso en posición de combate, sus ojos estaban serios y fríos, atento a cada movimiento—Nunca te la daré, nunca.

—Maldito persistente, mátenlo—la pelirroja dio la orden y todos los vampiros se lanzaron hacia el ex-cazador, ella se limitó a sentarse en una silla cercana, dejó la estaca de plata a un lado, se cruzó de piernas y esperó que el albino cayera, después de todo hace días que no tomaba sangre.

Raynard era una animal totalmente descontrolado, sus movimientos y certeza hasta más allá de sus límites, esquivaba, asesinaba y cuidada de Heather de manera simultánea, hasta que su cuerpo comenzó a pasarle la cuenta, sí, hace 5 días que no bebía una gota de sangre, sus piernas tambalearon y cayó al lado de la pelinegra, sin antes llevarse a unos vampiros más al infierno, de los casi 300 vampiros que estaban en el castillo de Bran, sólo quedaban unos 100, el albino se maldijo por no lograr resistir más.

—Cierto, hace días que no bebes una gota de sangre, pero no podrás hacerlo, ahora mismo yo te mataré—exclamó Einar y haciendo una señal de cese al ataque.

—Inténtalo bastarda—Raynard escupió un poco de sangre al lado, limpio su boca y la miro desafiante.

—Insolente—la pelirroja sacó una kunai y se preparó para atravesar el corazón de su eterno rival—Muere—exclamó con ira, el albino intento hacerle frente, pero no pudo y aún así no sintió aquella arma atravesar su cuerpo, la sangre corría por sus ojos podía ver nada, se limpio y un brazo detenía a la traidora, mientras otro lo abrazaba.

—Siempre les he dicho que no peleen entre ustedes, Einar eres una mala niña y mi pequeño Raynard necesita sangre, aunque deberás esperar un poco—esa la voz la reconoció de inmediato, era Heather, no, su amada Erika que detenía con fuerza a Einar, los demás lograron sentir el crujir de los huesos de la pelirroja, habían hecho enfadar a la peor persona posible.

— ¿Cómo puedes seguir viva? Yo...atravesé tu corazón—habló Einar incrédula.

—Ciertamente, ese toque de plata y agua bendita demoró mi regeneración, pero no moriría por algo tan simple, aunque me quede unos minutos esperando ver que hacías—dijo Heather sonriendo con malicia y un aura oscura la comenzó a rodear, estaba enojada, muy enojada.

— ¿Cómo es posible? A otros vampiros les he hecho lo mismo y han muerto—exclamó con ira la pelirroja—Sin tu corazón no deberías moverte.

—Oh Einar, pensé que eras más inteligente, pero veo que me equivoque—la pelinegra simplemente la miro fijamente—Tú sabes que yo no soy un vampiro normal—agregó con voz sería y todos los presentes apreciaron como el rostro de Heather se alargo, sus colmillos se agradaron y unas alas de murciélago salieron de su espalda, todo sin soltar la mano de la pelirroja.

La Descendencia de DráculaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora