Mariel:

203 11 1
                                    


Debes de estar enojada. Supongo que ya sabes sobre esa gran posibilidad de que algo suceda durante la operación.

Lo siento, no había otra opción. Por favor respeta mi decisión.

No me guardes rencor por no poder despedirme en persona de ustedes, pero espero que entiendas que es realmente difícil pensar en decirles adiós y no soltarme a llorar. Y no puedo irme sin decirte algunas cosas:

Sé que has mantenido contacto con Diego desde que se fue, seguramente le has avisado sobre mi situación. No estoy molesta. Respeto que sigas con esa amistad, de hecho te agradezco que lo hayas llamado para ponerlo al tanto, porque no quisiera morirme sin que él lo supiera.

Supongo que sabes que te quiero demasiado, y que pase lo que pase, siempre voy a estar contigo. Voy a cuidar de ti, de Carlos y del pequeño Santiago.

Siempre cuidaste de mí contra viento y marea, y te quiero dar las gracias por todas esas cosas maravillosas que hiciste por mí.

La verdad es que ya no sé que más poner para rellenar la hoja. Esto no tiene sentido, ya estoy llorando y aún no escribo la carta para Sofi. Pero una cosa que sí voy a pedirte, es que cuando nuestros hijos crezcan, me hagas el enorme favor de contarles sobre nosotras. Haz que ella me conozca a través de ti. Procura que no comentan nuestros mismos errores.

Sé que es absurdo lo que voy a pedirte, pero no me olvides. También sé que no lo harás, pero quiero asegurarme. Te voy a extrañar.

Te quiero. Gracias por todo.

Hasta Que El Sol Se CongeleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora