"¿Cómo te llamas?"
Miraba por la ventana mientras mi mirada se perdía entre los árboles y los coches de la ciudad. Hacía frío, eso era seguro. Mis manos estaban completamente heladas por el viento fresco y la baja temperatura. A pesar de que estábamos en pleno otoño, sentía como si estuviéramos en navidad.
Froté mis manos con fervor para hacerlas entrar en calor, aunque fuera un poco, mientras el silencio nos inundaba por completo. Tan solo se podía apreciar el sonido del motor del coche.
Mi respiración estaba mas tranquila que minutos antes. Ni siquiera habíamos pronunciado una sola palabra desde que habíamos entrado en el coche. Ni una sola. Y no exagero.
De vez en cuando el se giraba para mirar alrededor. Cada vez que paraba delante de un semáforo, apretaba su agarre en el volante y su mandíbula se tensaba. ¿Que le pasaba? No lo sabía, créeme.
Me apoyé en el reposabrazos con mi codo mientras mi mano se dirigía a mi pelo para despeinarlo un poco. Un suspiro se escapo de mi boca, sin apenas poder hacer nada para remediarlo.
Esta situación era algo incómoda para mi, y por lo que parecía, el no estaba del todo cómodo. Parecía pensativo, hundido en sus pensamientos, sin pronunciar una palabra, ni un sonido. Me estaba empezando a desesperar.
Volteé mi cabeza para mirar como conducía por la carretera de la gran ciudad. Estaba concentrado, se veía bien. Agité mi cabeza, deshaciéndome de esos pensamientos. ¿Que demonios te pasa ____? Déjale de mirar! Me exigí a mi misma, pero ya era demasiado tarde, el volteó su cabeza para chocar su mirada con la mía. Sus ojos claros color miel con los chocolates míos.
Tragué saliva duramente mientras su mirada se clavaba en la mía durante unos segundos. Arqueó una de sus cejas, mientras mis manos empezaban a sudar de los nervios. "¿Estas bien?" Me miró con incredulidad, exigiendo una respuesta, a juzgar por su tono de voz.
Asentí con mi cabeza. Haciendo una mueca, contesté. "Si." El me siguió mirando por uno segundos mas, antes de responder.
"Bien." Apretó su mandíbula y volvió su atención hacia la carretera, delante de él, para seguir conduciendo. Lo que menos necesitaba ahora era tener un accidente y sería el colmo que lo tuviera en el coche de un chico al que había conocido en una pelea, y ni siquiera sabía su nombre.
Ese era un buen punto. ¿Como demonios se llamaba? Ni siquiera lo sabía, y había pasado con el mas tiempo que con mi propio padre, en los dos últimos días. Puede sonar raro y triste, pero es cierto. Las verdades duelen.
"¿Puedo preguntarte algo?" Le miré mientras el alzaba su cabeza para después volver su cabeza y enfrentarme. Parecía de nuevo concentrado y para nada parecía estar enfadado o algo así. Por lo que sería una buena oportunidad para saber su nombre. Jugué con mis dedos mientras el contestaba.
"Habla." Volteó su cabeza para mirar de nuevo a la carretera. Pareció esbozar una mueca, pero no estaba muy segura.
"¿Como te llamas?" Dije finalmente, después de unos segundos de silencio. Le miré a su mandíbula que se tensó de nuevo y esta vez, su agarre sobre el volante se apretó mucho mas que antes. Los nudillos de sus dedos se estaban volviendo blancos de la fuerza que ponía sobre el volante. Tragué saliva. Sabía que no había sido una buena idea.
"¿Tanto te importa saber mi nombre?" Esperó mi respuesta mientras jugaba de nuevo con mis dedos, impaciente porque esta conversación, incómoda, terminara de una vez por todas. Su voz era mas dura que antes.
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As Long As You Love Me ● Justin
FanfictionMientras me ames, Estoy bajo presión Siete billones de personas en el mundo tratando de encajar. Se positiva Pon una sonrisa en tu rostro aunque tu corazón este molesto Pero, ahora, se nena, que es lo que ambos debemos de hacer Pero correré el riesg...