Capitulo 39

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"¿Quieres saber la verdad?"


¿Alguna vez has tenido esa sensación de que las cosas buenas nunca te pasan a ti? Es como si la suerte huyera de tu lado y todo lo malo viniera a ti. Pero justo cuando menos te lo esperas, pasa algo bueno que te deja sorprendida, porque normalmente nada bueno viene a tu lado.

Suspiré mientras miraba el techo de mi habitación, centrando mi mirada en la pared y bajando mi mirada hasta la cama en la que estaba posada. Era Viernes. Por fin llegaba el fin de semana. Quería dormir, y no hacer absolutamente nada.

Suspiré mientras me levantaba de la cama y abría la ventana que daba al gran balcón. Rápidamente me vinieron a la cabeza los recuerdos de la anterior tarde. Sonreí como una tonta que estaba enamorada. Pero en realidad... ¿Lo estaba?

Es decir, ahora entendía las canciones de amor--se que suena muy cursi-- que componían los cantantes. Reí por mi pensamiento y me dirigí hacia el baño para darme una ducha rápida. Até en un moño alto mi pelo y cuando salí de la ducha me sequé, echando crema a mi cuerpo. Me puse unos jeans negros con unas botas arrugadas y una camiseta sin hombro con la espalda echa trizas. Me encantaba esa camiseta.

Sonreí al mirarme al espejo. Últimamente había perdido algo de peso, por lo que se me notaban los huesos de la pelvis mas que de costumbre. Esperaba que Ash no se diera cuenta porque si no me iba a dar otra de sus charlas de "alimentación" y no la iba a soportar de nuevo.

Mi pelo caía en cascada por mis pechos. Cogí mi bolso con mi blackberry y después de perfumarme salí de la habitación mientras la colonia penetraba mis fosas nasales. "Hmmm Hugo Boss." Reí por mi comentario. ¿Porque demonios hablaba sola?

Sacudí mi cabeza mientras entraba en la gran cocina de la casa y buscaba por la nevera algo que llevarme por el camino hasta el instituto. Ashley me vendría a buscar como habíamos acordado, ya que mi "maravilloso" padre no me dejaba su coche.

Cogí un batido de la nevera y abrí el tapón a rosca. Batido de chocolate. Saboreé el liquido en mi boca y me metí una tostada con algo de mantequilla poco después. El timbre sonó segundos después y corrí para abrir la puerta.

"Buenos días." Ashley se escondía bajo sus gafas de Ray Ban. Tenía una sonrisa divertida sobre sus labios.

"Hey Ash." Cerré la puerta. Mientras nos encaminábamos hacia su coche. "¿Como estas?"

Me miró a través de sus gafas de sol y rodeó el coche para abrir la puerta y meterse dentro. Se encogió de hombros. "Bien, como siempre. ¿Y tu?" Cerró la puerta mientras se acomodaba en su asiento.

Puse mi cinturón dejando mi bolso en la parte trasera de su espacioso coche. "Muy bien." Sonreí de oreja a oreja.

"Vaya, ¿Y a que se debe semejante sonrisa?" Me miró curiosa y luego centró su atención en la carretera para arrancar el coche y conducir por la calle.

Me encogí de hombros. "Hmmm..."

Sonrió mirándome fijamente a mis ojos, su mirada era pícara. "¿Justin estuvo ayer en tu casa?"

Mordí mi labio mirando tímidamente a mis manos, intentando esquivar su mirada. "Hmmm."

"Lo sabía!" Gritó sobresaltándome. No me gustaba que gritaran por las mañanas.

Mis mejillas se sonrojaron. ¿Que demonios me pasaba? Estaba todo el día sonrojada por los comentarios de ella y de Justin. Por la culpa de ellos dos parecía un tomate la mayoría del tiempo. Miré hacia el frente, viendo como la gente caminaba por las aceras de la ciudad de Los Ángeles.

As Long As You Love Me ● JustinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora