Capitulo 24

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"Shh... no grites perra."


¿Alguna vez te has despertado y tu mente, directamente sin apenas avisar, te ha llevado a una persona y solo una persona? Empiezas a pensar que estas obsesionada, que te estas volviendo loca. Pero en realidad, no lo estas. Simplemente, son tus sentimientos contra los que no puedes luchar, y ellos son los culpables de que esa persona aparezca en tu mente, y que hace que tu corazón se acelere, cada vez mas y más, sin poder evitarlo.

Levanté mi mirada para coincidir con el gran reloj que había en frente de mi. En medio de la clase de historia. Marcaba las 14:15 de la tarde. Suspiré con alivio. En apenas minutos este infierno se acabaría y podría irme a mi casa. Por suerte, era Viernes.

Jugaba con mi bolígrafo en mi mano mientras mi otra mano repiqueteaba en la mesa, haciendo sonar mis uñas contra ella. Miraba a la nada, mi mente estaba volando. En dos días, ni solo un mensaje.

Suspiré como una auténtica idi*ota. ¿Llamarle? Como si fuera tan fácil. Ni siquiera me atrevía. Seguramente pensaba que era paté*tica y ni siquiera quería volverme a ver.

¿Se habría asustado por lo de la otra noche? La respuesta era SI. Si no, no se hubiera ido de allí sin apenas decir nada. Todo esto era una locura y lo peor era que yo era la única loca en este asunto. Aunque me negaba a hacerme a la idea de no volver a verle.

Mi padre había vuelto a casa y todavía no se había dado cuenta de lo que había pasado. No me convenía para ser honestos. Si se enteraba ... estaría muerta. Y no literalmente.

La voz del señor Rogers resonaba en mis oídos con detalles de la Segunda Guerra Mundial, mientras mi cabeza vagaba por la habitación en la que me encontraba, centrándome en todo a mi alrededor menos en sus palabras. Suspiré una vez mas mientras empezaba a recoger todas mis cosas y el timbre pocos segundos después sonó, haciendo que todos se levantaran de sus sillas a la vez, intentabaN escabullirse de la clase lo antes posible.

"Salgan con cuidado. No quiero riesgos de avalancha." Esbocé una mueca ante su voz y lo que había dicho. A veces era hasta gracioso, pero era aburrido como la mier*da. Digamos que historia no era lo mío.

Colgué mi bolso en mi hombro y empecé a caminar fuera de la habitación mientras me abría paso entre los demás. Mi carpeta estaba apretada contra mi pecho para que no se cayera. Tragué saliva una vez mas y salí de allí para caminar por el pasillo abriéndome paso entre todo el mundo que iba en la misma dirección para salir cuanto antes de allí.

Busqué con mi mirada por encima de todas las cabezas que había allí, a Ash. Hasta que vi un pelo rubio, ojos azules y su mirada coincidió con la mía. Esbocé una mueca mientras ella hacía lo mismo. Conseguí llegar a ella al final.

"Casi muero aplastada." Ash se quejó mientras salíamos.

"Yo he estado a punto." Sonreímos las dos, saliendo del edificio y bajando las escaleras para largarnos de allí.

"¿Planes para esta tarde?" Me miró a los ojos.

"Creo que no." Dije haciendo un gesto de que estaba pensando. "¿Tu?"

Cruzamos la calle pasando al otro extremo de la acera y caminamos por allí en dirección a nuestras casas.

"Tengo planeado salir esta tarde. ¿Vienes?"

"¿A donde?"

Se encogió de hombros. "A dar una vuelta. Hace un buen día, no voy a desaprovecharlo."

"Oh..." Dije sin apenas saber que responder. Levanté mi mirada y mire hacia el frente.

"Te vienes conmigo. Y no acepto y no como respuesta."

As Long As You Love Me ● JustinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora