Capitulo 42

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"Lo amaba."


Siempre he sido dañada. Cuando alguien hace que te sientas mal, intentas aparentar que todo va bien, aunque en realidad te estés muriendo por dentro tragándote tus propias lágrimas para no mostrarle a los demás lo débil que en realidad eres.

Siempre que he sido dañada, nunca había nadie ahí para mi. Simplemente te acabas acostumbrando. Llegas a tu cuarto, dices que no tienes hambre porque quieres estar sola. Te encierras con llave en tu habitación y es ahí cuando te rompes por completo.

Empiezas a llorar y a llorar. Sin parar. Una y otra vez. Cada lágrimas que derramas es una gota mas llena de dolor que cae por tu mejilla, para derramarse en tu regazo. Contienes tus sollozos o simplemente los ahogas en tu almohada por la noche.

Te duermes llorando, para que nadie se entere de que todo esta mal para ti y ya nada vale la pena. No encuentras sentido a nada en la vida. Simplemente quieres que ese "infierno" al que la gente llega a llamar "vida", acabe de una vez por todas. Porque ese final significará que vas a dejar de sufrir.

Nunca me había sentido tan querida como en ese momento. Nunca nadie me había abrazado cuando estaba mal. Siempre era muy esquiva con las personas, porque encariñarte con ellos y apreciarles, significaba que cuando te dejaran, ibas a sufrir mucho.

Yo no quería sufrir más.

Abrazaba a Justin, mientras pasaba mi brazo por su torso, aferrándome a él fuertemente, como si tuviera miedo de que me separaran de él. Y la verdad es que lo tenía.

Sollozaba en su camiseta mientras la agarraba entre mis manos, las lágrimas la estaban empapando. Suspiré mordiendo mi labio. Odiaba que la gente me viera así de mal. Y mas él. Noté como me dio un beso en la frente y me dijo que nada me iba a pasar. Algo dentro de mi se aceleró.

Lo quería demasiado.

Mucho.

Mas de lo que imaginaba.

No quería que se fuera. No quería que me dejara y me olvidara como hacía todo el mundo al final.

Tragué el nudo que llevaba en mi garganta y noté como su mano acariciaba mi espalda descubierta, haciéndome saber que el estaba allí. Intentaba tranquilizarme con su tacto. Lamí mis labios y seguía apoyada en su pecho, sin querer irme de ese lugar. El mejor lugar para mi.

Notaba como los chicos miraban de vez en cuando atrás por el retrovisor o simplemente volviendo la cabeza. Cerré mis ojos intentando tranquilizarme y Justin bajó su mano derecha para acariciar mi mano que cruzaba su torso. La tocó suavemente, pasando sus dedos despacio por mi piel. Y rápidamente entrelazó nuestros dedos con cuidado, como si le dara miedo hacerme daño.

Algo dentro de mi se aceleró.

Sabía que esta noche había cambiado algo. Ya no era como antes.

El se preocupaba por mi. Algo que no todo el mundo, que me conocía, hacía.

El coche seguía en marcha mientras Mario conducía en dirección hacia casa, suponía. Le miré conducir. Me había comportado algo mal con él, mejor dicho, los dos nos habíamos comportado mal el uno con el otro. Pero al final me había ayudado y lo mejor de todo, es que había dejado a un lado sus diferencias con Justin para encontrarme.

Le tenía que agradecer lo que había hecho.

Tragué saliva y noté la voz de Matt desde el asiento al lado del conductor. "¿Estáis bien ahí atrás?" Volteó su cabeza para mirarme primero a mi y yo asentí mi cabeza todavía sobre el pecho de Justin. Luego miró al chico que hacía que mi corazón se saliera de su pecho y noté una profunda respiración de Justin. Su pecho subió y bajó.

As Long As You Love Me ● JustinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora