Izan buscó con la mirada el coche de Peter en el aparcamiento del campus y dejó el suyo lo más cerca posible. Habían hablado de preparar una fiesta para Keith en casa de Drew y convencido de que su amiga tenía razón al decir que Keith se negaría a asistir —porque el mismo no acudiría sin una razón—, si se enteraba de que ella tenía algo que ver, lo estaban organizando en secreto.
O todo lo secreto que podía, ya que era imposible moverse sin que lo que hiciera no pareciera sospechoso.
—Izan.
Izan ladeó la cabeza mientras agarraba la mochila de la parte de atrás del coche y cerraba la puerta. Jennifer también había aparcado a poca distancia y se acercaba a él con una de sus amigas. Izan sonrió con esfuerzo y se puso la mochila en un solo hombro.
—Tengo prisa, Jenny. Nos vemos luego, ¿vale?
Ni siquiera esperó a que le diera una respuesta, se alejó de allí a toda prisa, buscando la biblioteca donde había quedado con Drew y Peter, pero antes de llegar al aula, unos brazos lo agarraron con fuerza y tiraron de él, empujándole al interior de un aula vacía.
—¿Pero qué...? ¡Keith!
—¿Quién creías que era?
Keith cerró la puerta e Izan enarcó una ceja, sintiendo un hormigueo por el cuerpo mucho antes de verse rodeado por sus fuertes brazos.
—No creo que este sea el mejor momento.
Ni tampoco el mejor lugar, pero no se resistió mucho cuando la mano de Keith se deslizó bajo su ropa y le acarició la cadera, besándolo en la mejilla, los labios y la barbilla.
—No me has esperado —protestó Keith, deslizando la mano cada vez más adentro de sus pantalones.
—Es...
Izan se mordió el labio para reprimir un quejido cuando los dedos de Keith alcanzaron su mimbro y adelantó las manos para apartarlo suavemente.
—Espera... tengo algo que hacer.
Drew era bastante impaciente cuando llegaba tarde y había que aguantarla todo el día de un humor insoportable. Intentó escabullirse, pero Keith volvió a abrazarlo.
—Hazlo luego.
—Vamos, Keith, déjame ir. A la noche, ¿vale? Además, ¿no dormimos juntos todas las noches? —E iban a tener que dar muchas explicaciones cuando una de esas noches a su padre le diera por ir a su habitación.
—No sólo quiero dormir a tu lado —Keith hundió su boca en su cuello y mordisqueó su piel, haciendo que todo su cuerpo se estremeciera y poco a poco iba cediendo a él—, es una tortura tenerte cerca y no poder tocarte.
Izan agarró el brazo de Keith y acarició su mano antes de apartarle el brazo y abrió la puerta rápidamente.
—Luego es luego.
Keith puso cara de afligido pero Izan no estaba dispuesto a ceder. Cada vez que tenían sexo sentía como si todo su cuerpo, como si él mismo cedía ante Keith. Poco a poco aceptaba que no estaba tan mal dejarse llevar ... al menos en ese tema, pero el momento y el lugar lo decidía él. Le gustaba ver la ansiedad en los ojos de Keith y solía ser especialmente cariñoso y dócil cuando lo rechazaba varios días. Le gustaba esa sensación de control y más cuando su propio cuerpo lo anhelaba.
—¿Has quedado con Peter y Drew?
—Sí —se ajustó el pantalón y le lanzó una mirada de reproche cuando se abrochó la cremallera—. Nos vemos luego. Espérame en el coche, así volvemos juntos a casa.
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El camino del amor (chico x chico)
Novela JuvenilKeith, un chico orgulloso y atractivo, se ve envuelto en una tortuosa relación de odio con Izan, el hijo del marido de su madre. Los dos se odian desde el primer momento que se ven, chocando en personalidad y en las raíces a las que pertenecen, prov...