—Por algo dije que no quería participar.
Keith miró como Peter se movía con familiaridad por la habitación de Izan y cogía el inhalador que guardaba en un cajón y se lo pasaba a su amigo, sentándose a su lado mientras Izan se lo llevaba a la boca.
—Joder, Izan, se supone que no debes salir de casa sin esto.
Izan ignoró a Peter, respirando con fuerza varias veces antes de volver a llevarse el inhalador a la boca.
—Hacía tiempo que no me daba un ataque —protestó una vez más Izan respirando cada vez mejor.
—¿Quieres que me quede? —sugirió Peter, recogiendo el inhalador que Izan le daba y esta vez lo dejaba cerca de la cama.
—Voy a tumbarme un rato, no hace falta que te quedes.
La voz de Izan seguía ronca y aún parecía costarle hablar.
—Igual me quedo por si te da otro ataque de asma.
—No hace falta —intervino Keith, apartándose de la puerta donde había permanecido desde que había ayudado a subir a Izan por las escaleras—, me quedaré yo con él.
Peter lo miró durante un momento, sin decir nada y luego miró a Izan que estaba tumbado con un brazo sobre los ojos.
—Te daré mi número por si necesitas algo.
Keith lo aceptó por no discutir y esperó a que saliera de la habitación para acercarse a la cama y se sentó sobre ella.
—¿Respiras mejor?
El pecho de Izan aún subía y bajaba con violencia pero al menos había dejado de hacer ruidos extraños desde su garganta, como si se estuviera asfixiando.
—Estaré bien en un rato.
—Vale.
Keith bajó la cremallera de la chaquet del chándal y se la quitó, levantándose para dejarla sobre el escritorio y volvió a la cama, sentándose de nuevo sobre ella y miró a Izan que no se había movido. Al menos ahora sabía donde guardaba el inhalador por si volvía a necesitarlo. Apartó la mirada y apretó el puño de la mano derecha, mirando la mano. Le había molestado la complicidad de Peter, la manera que había actuado como si fuera él quien realmente tenía derecho a estar allí. E incluso sabía que pensar así era una actitud infantil, pero no podía evitarlo.
—Eh.
Keith salió de sus pensamientos y apartó la mirada de la mano al escuchar como Izan se movía y cambiaba de postura, ladeándose hacia su lado y había apartado la mano de los ojos, mostrando unos ojos turquesas algo turbios.
—¿Te encuentras mal? —preguntó alarmado, haciendo ademán de levantarse.
—No, pero ya que estás, túmbate a mi lado.
Keith sonrió y se echó hacia abajo, apoyando la cabeza en la almohada y giró el cuerpo para quedar mirando a Izan.
—Recuerdo haberte visto en otra ocasión con un ataque de asma. Y tampoco tenías tu medicina.
Izan hizo una mueca.
—Aquella vez fue tu culpa.
—¡Mi culpa! Yo diría que fue tuya.
Izan sonrió.
—Por cierto —murmuró Keith de pronto, preguntándose si realmente merecía la pena hablar de ello—, perdona por lo de Jennifer.
Izan borró la sonrisa y lo miró muy serio.
—¿No has sido tú el que se ha llevado los golpes?
—Sí —Keith se rió—, vaya que sí los da fuertes, pero no me refería a eso.
Izan siguió mirándolo muy serio.
—Ya, lo sé, fuiste un imbécil.
—Estaba enfadado.
—Hm —Izan volvió a cambiar de postura—, yo también lo siento. Por drogarte.
¿No había empezado todo en aquel momento? Keith también cambió de postura, mirando al techo. Desde que había conocido a Izan su vida había sido un desastre pero de algún modo, ahora se sentía tranquilo. Estaba donde quería estar, o, al, menos, con la persona que quería estar, y ya más adelante trataría de solucionar el resto de problemas que significaba una relación con alguien del mismo sexo.
—Siento haberte golpeado aquella vez —murmuró, realmente preguntándose qué habría ocurrido si no hubiera reaccionado de la manera que lo hizo cuando lo encontró entre sus piernas y con su pene en la boca.
—Tuviste suerte de que no decidiera devolverte el golpe.
Keith sonrió ante el comentario socarrón de Izan.
—En realidad tenía que haberte dejado continuar ¡Ah!
Keith se echó a reír cuando Izan le golpeó en el estómago y tras unos segundos, se giró hacia él, abrazándolo con fuerza.
—A todo esto —la voz de Izan sonaba somnolienta—, ¿no deberías ir a un especialista para mirar tu problema para dormir?
Keith se puso tenso y tardó en responder, sin ganas.
—Está bien así.
—Mi padre conoce a un psicólogo que dicen que es muy bueno. Puedo hablar con él para que te de una cita.
—Izan, no quiero seguir hablando de esto.
Hubo un silencio y Keith imaginó que se había quedado dormido; lo abrazó con más fuerza y sepultó la nariz entre sus cabellos, sintiendo como la respiración iba normalizándose hasta que él terminó quedándose dormido.
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Ya he explicado en facebook por qué subo el capitulo de El camino del amor aunque no tocaba en la lista de actualización, que estoy agotada y me voy a la cama y no me apetece volver a ponerlo xD
https://www.facebook.com/pages/Mayura/294130544045735
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El camino del amor (chico x chico)
Novela JuvenilKeith, un chico orgulloso y atractivo, se ve envuelto en una tortuosa relación de odio con Izan, el hijo del marido de su madre. Los dos se odian desde el primer momento que se ven, chocando en personalidad y en las raíces a las que pertenecen, prov...