—¿Y qué esperabas sentir?
Izan miró a otro lado, observando el cordón algo suelto de sus zapatillas mientras Drew dejaba de hablar, haciendo alguna mueca cuando algo de lo que su amiga decía le daba dentera.
Tenía razón. En parte, al menos.
Dejar a Keith no le había hecho sentir especialmente bien. De hecho se sentía fatal, perdido, y estaba convencido que la culpa la tenía la reacción de Keith. Podía haber actuado diferente, tampoco era para ponerse así... ¡Hasta su actitud era vulgar...! Pero por lo que fuera, no había sido la solución a lo que le estaba carcomiendo en ese tiempo y después de que Peter lo encontrara medio inconsciente en el comedor, ni siquiera se le pasaba por la cabeza comenzar a salir con Jennifer.
Se encontraba peor que antes.
—¡Izan!
—¿Qué?
Izan levantó la cabeza y miró a su amiga de mal humor. Había dejado de escucharla y por la forma que le estaba mirando, con las manos en la cadera y el ceño fruncido, parecía haberle dicho algo importante.
—¿Qué tiene la zorra de Jennifer? —Izan no respondió, de hecho, no tenía nada qué responder y por la rapidez con la que su amiga continuó hablando, imaginó que no esperaba que contestase—. ¿Sus tetas? ¿Te las puso en las narices? ¿O sigues siendo tan idiota que se limitó a manipularte con sus zalamerías de puta barata y tu le lamiste el culo como has estado haciendo todo ese tiempo?
—¡Drew! —intervino Peter, levantándose del escritorio y desviando la vista de la pantalla del ordenador.
Su novia se giró hacia él molesta.
—¿Qué? ¿También te vas a poner a defenderla tú?
—¿Por qué no te limitas a dejar el tema?
—Quieres que me calle, ¿es eso?
Peter respiró con fuerza y lo miró un segundo, justo el instante que Izan tardó en apartar la mirada y se llevó irritado las manos a la cabeza, volviendo a mirar a Drew.
—Si, Drew, quiero que te calles. No es mucho pedir, ¿no?
Drew lo miró furiosa un instante, algo de lo que Izan suponía no iba dirigido a su novio. Desde que había explicado lo que había ocurrido en la fiesta, Drew se había puesto como una fiera y desde entonces sólo había dejado de gritarle cuando Peter la sacaba de la habitación donde él se encontraba y después de unas horas, había prometido calmarse, algo que sólo había conseguido a medias.
—Bueno, ahora ¿qué quieres que haga? —solto Drew, consiguiendo que Peter cerrara los ojos y suspirara—. ¿Tengo que felicitarte por tu relación con la puta de Jennifer?
—¡Ya basta, Drew!
—No estoy saliendo con ella —murmuró Izan sin energías.
—Y tampoco con Keith.
—¡Ya he dicho que lo mío con Keith no es una relación!
—¿Y con Jennifer sí?
—¡No... ! No lo sé, ¿vale?
Izan se levantó de la cama y se acercó a la ventana.
—¡Esto es de locos! ¡Pero si estás enamorado de Keith! ¿Qué necesitas tú para ser feliz? ¡Oh, ya ni ser feliz, para ser alguien normal, maldita sea!
—¡Te he dicho que te calles!
Drew cerró la boca de golpe y miró a Peter furiosa y por una vez, Izan estaba seguro que esta vez, sí iba dirigida a su novio. Incomodo clavó la mirada en el cristal, pegando la frente en la ventana.

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El camino del amor (chico x chico)
Novela JuvenilKeith, un chico orgulloso y atractivo, se ve envuelto en una tortuosa relación de odio con Izan, el hijo del marido de su madre. Los dos se odian desde el primer momento que se ven, chocando en personalidad y en las raíces a las que pertenecen, prov...