Keith se puso alerta rápidamente.
—No pretendía... —¿que sonara a amenaza? Keith respiró con fuerza, cansado, y se llevó una mano a la cabeza. ¿Por que tenía que ser tan difícil? Comenzaba a lamentar no tener el teléfono de Drew para llamarla en ese momento, aunque imaginaba qué diría en esos momentos... pero suavizaría bastante la tensión que se había acumulado allí dentro.
—¿Qué pasa si me muevo? Venga, dímelo —Izan dio un paso más y alzó las manos, extendiéndolas a ambos lados de su cuerpo, sin dejar de mirarlo, provocándole—. ¿Vas a golpearme?
Keith dejó escapar el aire que había contenido en los pulmones de golpe, exasperado.
—No.
Aunque no serían por ganas en esos momentos.
—¿Violarme? ¿Es lo que quieres?
Keith lo miró sorprendido y dio un paso hacia él en silencio, averiguando que Izan sólo reaccionó ante su movimiento levantando la cabeza altivo, arrogante.
Joder, nunca en su vida se había planteado violar a nadie, pero dadas las dos emociones que le provocaba aquel maldito engreído, la violación sí que podía ser una vía razonable a sus pensamientos. Se detuvo bruscamente, asustado de sus propios pensamientos, sintiendo como se le helaba toda la sangre del cuerpo. ¿Se había vuelto loco?
—Pues siento tener que decirte que mido casi uno ochenta y no peso precisamente cincuenta kilos. No soy una chica delgada y asustada; ni en sueños lo conseguirías.
—¿Te importaría dejar de decir tonterías?
Izan bufó.
—¿No se te ha pasado por la mente?
Keith guardó silencio unos segundos.
—¿Golpearte o violarte?
—¿Alguna de las dos?
Izan se llevó los brazos al pecho con la misma actitud altanera y Keith se detuvo frente a él, bajando la mirada hasta sus labios pero no fue capaz de besarlo.
—Las dos, supongo —reconoció dándose cuenta que su voz no sonaba muy arrepentida.
—¿También de violarme? —Izan parecía sorprendido y Keith gruñó algo—. ¿En serio?
—No exactamente.
—Dímelo.
—Paso —Keith se frotó cansado los ojos—. No tengo ganas de estar explicando algo como eso.
—Tengo curiosidad.
Keith puso mala cara.
—Es por la manera que tienen de mezclarse las ganas que tengo de golpearte con... ya sabes.
—Oh, ¿por eso llamaste a tu amigo?
—¡No! —Keith se frotó con más fuerza las sienes y suspiró amargamente. Prefería no tener que mirarlo o esta vez comenzaría a golpearlo—. No tiene nada que ver. Jim sólo vino para... por otra cosa.
—¿Qué cosa?
Keith masculló algo y giró la cabeza. Nunca antes había considerado la alternativa de hablar sobre su problema para dormir, no tanto porque fuera un problema en sí, sino que no había estado tan dispuesto a hablar de algo tan vergonzoso de su vida. Torció la boca.
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El camino del amor (chico x chico)
Teen FictionKeith, un chico orgulloso y atractivo, se ve envuelto en una tortuosa relación de odio con Izan, el hijo del marido de su madre. Los dos se odian desde el primer momento que se ven, chocando en personalidad y en las raíces a las que pertenecen, prov...